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CRITICA
Por: PACO CASADO
La familia, el suspense y los sucesos inesperados vuelven a ser el eje, una vez más, de la nueva película de Asghar Farhadi que ha rodado esta vez en nuestro país.
Tras su paso por los festivales de Cannes en la ceremonia de apertura y Toronto, 'Todos lo saben' (2018), es el quinto largometraje que vemos en España de los ocho que ha hecho hasta ahora el director iraní, ganador de dos Oscar por 'Nader y Simin, una separación' (2011) y por 'El viajante' (2016), que cuenta el encuentro de varios miembros de una familia en una boda, que se verá alterada cuando una chica desaparece y a raíz de ese momento antiguos secretos y sentimientos salen a relucir.
El film tiene un argumento un poco complejo con temas como la familia, la separación en la distancia, la disputa sobre unas tierras, el pasado que no se olvida, las pasiones que siguen latentes, el rencor, el odio, los secretos que estaban ocultos, la mentira que sale a relucir, la intriga sobre un secuestro, el dolor, la reconciliación, el sacrificio, la religión con la creencia en Dios que todo se resolverá, con unos personajes inmersos en sus propios sentimientos, pero fundamentalmente se centra en los problemas familiares como en las anteriores obras de este autor.
Todo ello se da cita en este melodrama conformando una coreografía de revelaciones con un arranque alegre, que compone la parte más vistosa en la que el director capta muy bien el ambiente, destacando especialmente la secuencia de la celebración tras la ceremonia, que alarga un poco el metraje, con un extraordinario manejo de la cámara, que nos recuerda a la cinta 'La boda' (1972), de Andrzej Wajda, que casi toda ella se desarrollaba durante un enlace matrimonial.
Es la historia de Laura, una española que vive en Buenos Aires, casada con Alejandro, un argentino, que vuelve a su pueblo natal en compañía de sus dos hijos, para asistir a la boda de Ana, su hermana, donde se encuentra con Paco, su antiguo amor de juventud, ahora casado con Bea.
Pero un suceso inesperado como la desaparición de Irene, la hija de Laura, provoca que se alteren las vidas de todos.
Ese hecho delictivo que ocurre durante la celebración de la misma, cuando el estado de ánimo es más alegre, todos beben, cantan y bailan, altera esa euforia en un momento y se convierte en un puro melodrama.
La película tiene un extraordinario reparto con los mejores actores de nuestro cine actual, con Penélope Cruz y Javier Bardem a la cabeza, que nunca estuvieron mejor ambos, y en el que todos los demás están perfectos en sus respectivos personajes, hasta los más secundarios.
Tras una media hora de presentación de los personajes, en la que el espectador tarda un poco en hacerse con la relación familiar que existe entre unos y otros, llega el momento de la boda y durante el festejo posterior surge el trauma dando comienzo la parte dramática con el enfrentamiento de los miembros de la familia y también la intriga con la investigación del suceso que tratan se resolver al margen de la intervención oficial de la policía, dada la amenaza de muerte de la chica si se da parte.
Es mejor la primera mitad y su continuación que es donde se muestran los secretos familiares, con escenas cotidianas muy habituales, con sus rencillas y las deudas del pasado, ya que todos ocultan muchas cosas que van aflorando poco a poco descubriéndose finalmente que nadie es como era al principio de esta historia y sus relaciones no volverán a ser como antes.
A pesar de ser un director iraní con una cultura muy diferente a la nuestra, capta muy bien y hace creíble la realidad del pequeño pueblo de provincia de la meseta castellana donde todos se conocen.
El problema del guion es que en muchos momentos se convierte en un auténtico culebrón que viniendo de este director no era de esperar, cuando sus films anteriores habían sido de pocos personajes y aquí casi resulta una historia coral muy coherente en cuanto a la forma de contarla.
El aspecto de thriller que adopta en algunos momentos no es muy creíble, pero no deja por ello de ser entretenida, con una interesante puesta en escena de Asghar Farhadi, aunque ese final que deja un tanto abierto decepciona un poco al espectador que espera una resolución más completa y convincente.
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