|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos en Bagdad el 30 diciembre de 2006, tras la invasión de Iraq por los Estados Unidos, día en el que se celebra el Eid al-Adha, una de las fiestas más grandes del país.
Sara es una joven que ha sido engañada por la jaquesa de que lo que va a hacer es lo correcto al convertirse en víctima y mártir.
La película expone esta faceta del terrorismo en el que algunas mujeres son convencidas para ejercer de bombas humanas.
Ella lleva una bomba adosada a su cuerpo y pretende provocar una masacre mediante un atentado suicida, en la Estación Central de trenes de Bagdad durante la reinauguración de una línea con Basora, a la llegada de un tren, cuando está llena de pasajeros y a la espera de las autoridades.
Por allí pulula Salam, un estafador, Mona, una niña de poco años que vende flores, su hermano Alí que limpia zapatos para ganarse la vida, una madre con su bebé en una bolsa, un hombre que ha vuelto de la guerra tras estar 20 años en prisión cuya novia, que ha estado esperándole, le pide que se case por fin con ella, la chica vestida de novia que no quiere ponerse los zapatos para la ceremonia, unos músicos, un anciano con el ataúd de su hijo muerto en un atentado y una pandilla de chvales acosadores de menores.
Todos ellos son los personajes que entran en algunos momentos en la narración de esta historia que llevan a cabo principalmente Sara y Salam, al que ha hecho prisionero para que no descubra a las autoridades que ella lleva una bomba adosada a su cuerpo que simula estar embarazada, ni a la patrulla de soldados americanos que vigilan la estación.
Todos ellos son representativos de la situación del país en torno a temas como la pobreza, la amenaza de Al Qaeda, la inseguridad, las costumbres de la sociedad, etc.
La relación es hostil al principio entre Sara y Salam, pero éste acabará apelando a su humanidad para hacerla considerar y meditar en el acto terrorista que está dispuesta y a punto de cometer y las vidas inocentes que con ello va a destruir sin que consiga nada en absoluto cambiar la situación política, ni religiosa de los que ella cree infieles.
Es difícil saber las razones que llevan a un fanático a cometer ese tipo de actos delictivos, generalmente movidos por unas convicciones religiosas en las que se les promete el paraíso, pero también pueden ser de tipo político o sociales.
El guion está inspirado en un hecho similar ocurrido con una chica de 16 años que terminó acudiendo a una comisaría poco antes de que estallara la bomba, arrepentida del horrible acto que iba a cometer.
El cineasta iraquí Mohamed Al Daradji debutó en la dirección con 'Ahlaam (Sueños)' (2006) premiada en múltiples festivales a la que siguió 'Son of Babylon' (2009) que fue presentada entre otros en el Festival de cine europeo de Sevilla, a continuación hizo 'In the Sands of Babylon' (2013) y finalmente 'La decisión' (2017) que es su cuarto largometraje de ficción con el que hace un film sincero, honesto, a través de un retrato neorrealista en el que mantiene bien el suspense al tiempo que nos hace reflexionar sobre la humanidad y la inocencia.
En el rostro de la debutante Zahraa Ghandour se refleja al principio el odio del fanatismo irracional que motiva el atentado que va a cometer para terminar mostrando la duda y el dilema moral que se le plantea sobre el que termina reflexionando.
Muy emotiva la historia de los dos niños huérfanos muy bien interpretada por los pequeños. Candidata por Iraq al Oscar.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE