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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción transcurre en 1996 cuando Roxanne Coss, una mundialmente famosa cantante de ópera, viaja a un país de Sudamérica que permanece bajo una dictadura militar, para dar un concierto en la residencia del vicepresidente en una fiesta privada en honor de Katsumi Hosokawa, un rico industrial japonés, que está de visita para negociar la construcción de una gran fábrica, con Masuda, el Presidente de la nación, pero éste excusa su asistencia.
Cuando apenas ha comenzado el concierto, la mansión es tomada por un grupo de guerrilleros del Movimiento Libertario del Sur que exige la liberación de sus compañeros encarcelados, tomando como rehenes a los asistentes.
Mientras permanecen secuestrados en la casa, durante bastantes días, rehenes y captores se verán obligados a encontrar la forma de entenderse.
En las negociaciones entre los secuestradores y las autoridades militares que rodean la gran mansión, actúa de mediador un tal Messener, un suizo que trabaja para la Cruz Roja Internacional.
Esta historia está basada en el best seller publicado en 2002 de la escritora Ann Patchett, inspirado en una crisis real ocurrida en Perú cuando el 17 de diciembre de 1996 un grupo de guerrilleros Tupamaros tomó como rehenes durante 126 días a 72 diplomáticos, empresarios y miembros del gobierno en la residencia del embajador de Japón en Lima.
El guion lo constituyen las distintas anécdotas que se van sucediendo en la convivencia diaria entre guerrilleros y rehenes, muy tensa al comienzo, que con los días se va relajando en algunos momentos siendo más permisivos, pero siempre con la amenaza de muerte de los secuestrados si no se cumplen sus condiciones.
Nunca sabemos cuantos días van, tan sólo alguien apunta en una pared unas rayas que se supone son las jornadas transcurridas, que nunca se conocen, pero el transcurrir del tiempo hace el argumento más plano y sin emoción, con el problema de su inesperado y precipitado final.
Es una historia de amor entre esta cantante de ópera y el empresario japonés, en medio de ese conflicto diplomático y en paralelo también la del traductor y la guerrillera Carmen.
El irregular director Paul Weitz nos presenta un retrato poco convincente, sobre el modo en el que la naturaleza humana se revela ante una situación tensa como la que ocurre en esta ocasión en la que sobrenada el miedo a morir si llega el caso.
El ritmo que le imprime es lento y relajado como la situación que va degenerando paulatinamente echando a faltar las situaciones tensas que aporten algo de suspense e interés por saber cómo terminará el secuestro y los enamoramientos de las dos parejas se ven venir resultando un tanto forzados.
El enfrentamiento desafía las ideas convencionales sobre los amigos y los enemigos, lo correcto y lo que no lo es, la justicia y la injusticia.
No tiene muchos momentos de lucimiento la buena actriz Julianne Moore o el japonés Ken Watanabe en esta ocasión.
Paul Weitz debutó en la dirección con 'American Pie' (1999) género en el que siguió con 'Un niño grande' (2002) y 'Ahora los padres son ellos' (2010) entre otras, títulos que demuestran que se le dan mejor la comedia, al menos comercialmente, que el drama, como ha querido hacer esta vez, aunque nunca fue un director que destacara por la calidad de sus obras a pesar de que una vez estuvo nominado al Oscar por el guion de 'Un niño grande' (2002).
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