Por PACO CASADO 

  Tras debutar en la dirección con Memorias de Queens, película sobrevalorada por algunos, Dito Montiel nos trae ahora su segundo film 'Puños de asfalto', en el que nos cuenta la historia de Shawn Mac Arthur, un joven que vende objetos falsificados en las calles de Nueva York para ganarse la vida. Un día es robado y Harvey Boarden, un negro vividor, tras verle pelear defendiéndose, le ofrece la posibilidad de ganar dinero fácil participando en circuitos de boxeo de puños desnudos, en peleas ilegales. En uno de esos locales conoce a Zulay, una chica que necesita ayuda, de la que se enamora.
 El guión acumula tópicos de otras cintas ya vistas con la ascensión de un luchador, un pequeño héroe por antonomasia, que sube poco a poco los peldaños hasta conseguir salir de los puestos de abajo de la sociedad.
 A pesar de que la historia sea previsible y no tenga mucha garra, al menos no decae la atención del espectador que se mantiene a base de las sucesivas peleas, coreografiadas sin mucha espectacularidad para hacerlas más creíbles y sin cargar demasiado la mano en la cuestión de la violencia.
 La realización de Dito Montiel le da un aire de thriller un tanto impersonal y sin mucha originalidad.
 El trabajo de los actores es correcto a secas, destacando Terrence Howard, actor más experimentado que la pareja protagonista. Cuando la cámara sale a la calle Nueva York se convierte en un personaje más.