Título: |
AMORES LOCOS |
Título original: |
AMORES LOCOS |
Nacionalidad: |
ESPAÑA de 2009 |
Dirección: | BEDA DOCAMPO FEIJÓO |
Guión: | CÉSAR GÓMEZ COPELLO y BEDA DOCAMPO FEIJÓO |
Fotografía: |
JUAN MIGUEL AZPIROZ |
Música: |
JUAN BARDEM |
Interpretes: |
EDUARD FERNÁNDEZ, IRENE VISEDO, MARTA BELAUSTEGUI, MARISA PAREDES, CARLOS HIPÓLITO, EVA PALLARÉS y CUCA ESCRIBANO |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS |
Duración: |
95 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Volver a casa siempre es algo gratificante y más cuando se hace con una nueva película y se consigue un premio especial del jurado en el Festival de Málaga 2009, aunque en este caso el regreso de esta directora gallega, afincada en Argentina, no sea a su propia tierra, ya que la historia que nos cuenta se desarrolla en Madrid y el galardón lo obtuvo en Andalucía.
Ahora la directora de Quiéreme (2007), Beda Docampo Feijóo, tiene la satisfacción de estrenar este nuevo largometraje denominado Amores locos, título que hace referencia a cierta enfermedad psiquiátrica, así conocida, debida a los delirios pasionales que sufren algunos pacientes.
Así le ocurre en esta ocasión a Julia, una mujer que trabaja en el Museo del Prado, en la sala de pintura flamenca, a donde llega Enrique, un doctor en psiquiatría, que regresa a Madrid para dar unas conferencias.
Al contemplar uno de los cuadros hace un gesto parecido a uno de los personajes que figura en el mismo y ella se desmaya al verlo porque piensa que son ellos los que figuran en él, y que ambos pertenecen a otra época cuyo amor les hizo permanecer juntos.
Enrique tratará de curar a Julia de su enfermedad, que le hace suponer que ambos vivieron en el siglo XVII, y ella intentará convencerlo a él de que en el pasado se amaron apasionadamente y deben seguir unidos.
La base de este romántico argumento no deja de ser curiosa, pero al guión le cuesta mantener el interés con esta sencilla anécdota que juega con el tiempo, los trastornos psíquicos, la soledad, la pasión amorosa, la familia y la fantasía de la protagonista.
Debido a ello los guionistas se preocupan de arropar la historia con las conferencias de Enrique, la relación con su hermana, de vida disoluta, y con el amigo que le proporcionó este trabajo.
El problema es que la protagonista no tiene un gran poder de convencimiento, el ritmo de la acción es demasiado plano y la puesta en imágenes es convencional, con una cuidada fotografía.
En el apartado artístico Eduard Fernández está convincente, Irene Visedo así como el resto de los actores secundarios lo hacen correctamente, pero el resultado final no acaba de ser totalmente satisfactorio.