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CRITICA
Por: PACO CASADO
La moda de los agentes secretos ha sacado un poco de quicio los límites y características propias de lo que se había dado en llamar dentro del género policiaco, cine negro.
Toda la profundidad que estaba adquiriendo el género se ha evaporado, se ha diluido en lujo innecesario y espectácular, perdiendo así la sordidez de ámbientes y la sobriedad al tratar los temas.
A esto ha colaborado en sobremanera la producción inglesa con las películas de James Bond.
Ahora se hace cine policiaco en papel couché y no cine negro en celulosa de más baja calidad.
A pesar de esto no quiere decir que no se pueda hacer una película en cualquiera de los dos procedimientos, pero es más fácil que se cuide menos los personajes, la anécdota y todo en general en el primer caso sacrificándolo a la espectacularidad de realización y en segundo caso en llamar la atención con trucos sorprendentes.
"FBI: Operación víbora amarilla" parece que quiere volver un poco a los viejos cauces, o al menos no le ha importado deslizarse por ellos.
Aquí no es el superagente que todo lo descubre, pero que tampoco es tonto.
La anécdota no trata de ser excesivamente espectacular y las peleas o demás elementos no se ha procurado que sean muy exóticos mpara no perder el interés en algo superficial.
En lo que si ha fallado es en tratar de presentar un caso policiaco a cargo de un agente del FBI que más bien parece alemán y en un ámbiente que no se parece a América ni por asomo. Nos referimos al comienzo del film, porque el resto está ambientado en la ciudad del Cabo en África del Sur.
Flojea también el agfacolor y algunos actores, pero en líneas generales la película está dirigida con mediana corrección, lo que hace que sea una cinta que sin pretender mucho, consigue al menos mantener la atención del espectador.
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