![]() |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Antes los géneros estaban más definidos y no se mezclaban. Ahora esto sucede con poca frecuencia, porque lo que es habitual es que se mezclen, como ocurre en este caso con este personaje, nacido en Suecia extraído de un poema épico del siglo octavo, que se ha trasladado a un futuro indefinido del que no se da ninguna pista de situación para el espectador, que cree encontrarse en la Edad Media o cercanías, cuando comienza el film y de pronto está ante una fortaleza que parece una refinería de petróleo, antorchas a gas, puertas que se abren y cierran automáticamente o extrañas armas de guerra más propios de épocas pretéritas que futuras. Y todo ello con la más chirriante música techno-pop de fondo.
¡Como para dar una pista!.
El personaje, mitad humano, mitad diablo, lucha contra las fuerzas del mal, personificadas en un monstruo llamado Grendel encerrado en la fortaleza que está dispuesto a acabar con todos.
Esto da pie a que un rubio Christopher Lambert encarne al héroe, una vez más, dispuesto a derrochar violencia en todo momento.
La característica inexpresividad de su rostro no se inmuta ni siquiera ante dos despampanantes modelos como Patricia Velasquez y Layla Roberts.
Ante tamaño gazpacho nada tiene que hacer Graham Baker que, por otra parte, tampoco posee ningún mérito acumulado como para garantizar su capacidad de lograr enderezar el entuerto.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE