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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los festivales cada vez más premian películas de cinematografías desconocidas en su afán por descubrir cinematografías exóticas, nuevos autores, films diferentes y así logró el cineasta Fatih Akin hacerse con un nombre con títulos como los de sus dos últimas cintas, 'Contra la pared' (2004) y 'Al otro lado' (2007), que tocaban el tema de la emigración.
Ahora intenta no ponerse serio y hacer una comedia, algo un poco más ligero, que no obligue a pensar al espectador, y se saca de la manga esta historia, con recuerdos de la juventud del actor protagonista, dueño de un restaurante en el puerto de Hamburgo, en los tiempos en que lo pasaba bien.
Zinos, de origen turco, tiene un restaurante de comida rápida en Hamburgo y abunda en problemas: su novia, Nadine, se ha ido de corresponsal a Shanghai; su hermano Illias ha salido de la cárcel en régimen abierto y no tiene trabajo; Hacienda le exige sus deudas; le sale una hernia discal que le impide trabajar, contrata a un camarero y los problemas se acentúan porque hace unas comidas tan sofisticadas que no le gusta a la clientela y se le marcha.
Estos no son más que algunos de los momentos difíciles que atraviesa Zinos, porque la historia no ha hecho más que empezar.
A pesar de haber querido hacer una comedia, la película tiene pocas situaciones divertidas y que hagan reír y en cambio resulta con momentos de tensión, incómodos, con escenas dramáticas a la hora de tener que resolver los problemas que se le presentan a Zinos, tratando de hacer un cine comercial, de seguir la moda de las comedias culinarias, en lugar de detenerse en la convivencia turco-germana, la violencia, las diferencias raciales o la especulación inmobiliaria que se apunta superficialmente, y en su lugar trata de gente normal en su vida cotidiana y con sus miserias habituales.
El guion expone de forma ligera esta comedia multicultural, lineal, con poco que contar, algo dispersa, queriendo solucionar la vida de los protagonistas para que resulte un final feliz, aunque sea con situaciones inverosímiles y poco creíbles.
Trata de darle ritmo a través de las canciones elegidas, pero el resultado no pasa de discreto, se ve sin desagrado, pero se olvida rápidamente una vez que se sale de la sala.
Fatih Akin rompe con la línea que llevaba en su filmografía y baja de nivel en interés y calidad y se nota la falta del sello característico de su cine.
Ganó el Premio especial del jurado y el de cinema joven en la Mostra de cine de Venecia 2009. Premio Art Cinema en el Festival de Hamburgo.
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