Título: | RABIA | |
Tit. Orig.: |
RABIA | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, COLOMBIA, 2009 | |
Dirección: | SEBASTIÁN CORDERO | |
Guión: | SEBASTIÁN CORDERO. Basado en la novela de SERGIO BIZZIO | |
Fotografía: | ENRIQUE CHÉDIAK | |
Música | LUCIO GODOY | |
Interpretes: | GUSTAVO SÁNCHEZ PARRA, MARTINA GARCÍA, CONCHA VELASCO, XABIER ELORRIAGA, ICÍAR BOLLAÍN y ALEX BRENDEMÜHL | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORS DE 12 AÑOS | |
Duración: | 93 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
La primera película del ecuatoriano Sebastián Cordero, "Ratas, ratones y rateros" (1999), tuvimos ocasión de verla en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva representando a la pobre cinematografía de Ecuador. Era la obra de un debutante y para ser de un país que hay años que no produce ningún film no estaba mal.
Su segunda cinta es "Crónica" (2004), que la hizo con la ayuda de Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, que ganó el premio al mejor guión en Sundance, aunque no era esa su mejor virtud.
Ahora nos llega la tercera, "Rabia" (2009), que adapta la novela de igual título de Sergio Bizzio, cuya acción se desarrolla en Buenos Aires y que aquí se traslada a España, al País Vasco.
Lo que allí era una lucha de clases, aquí se convierte en el conflicto social de la inmigración mezclado con una historia de amor, un thriller y algo de cine de terror.
José María es un inmigrante que trabaja en la construcción. Está enamorado de Rosa, una colombiana que hace de asistenta en la casa de la acomodada familia Torres venida a menos. Tras una discusión con el capataz de la obra éste resulta muerto accidentalmente y José María se refugia en el ático del gran caserón de los Torres huyendo de la policía, sin que nadie sepa de su presencia, ni siquiera Rosa.
Hasta aquí todo transcurre con normalidad y es creíble, lo que no lo es tanto es que su secreto dure nueve meses sin que nadie lo descubra, a pesar de los inconvenientes de supervivencia que tiene y de comunicación con su novia a través de otro teléfono de la propia casa.
El claustrofóbico guión no se sostiene y la película se le va de las manos. Avanza a base de escenas convencionales, diluyéndose el problema social de la inmigración, el drama de los celos y la pasión del protagonista que le lleva al crimen.
Posiblemente se han querido tocar demasiados pitos y el conjunto orquestal no acaba de funcionar debidamente, haciéndose farragoso por momentos, sin un control del tiempo, y dejando algunos interrogantes por resolver.
Hay que valorar la labor de puesta en escena de Sebastián Cordero que trata de defender el asfixiante clima en que se desarrolla la acción, los momentos de suspense que consigue al margen de la credibilidad de las situaciones y los convencionalismos propios de los hechos a desarrollar, mediante una interesante planificación.
Logra eficacia en la interpretación del corto reparto y con los escasos medios de que dispone.
Ganó el Premio especial del jurado en el Festival de Tokio 2009 y en el Festival de cine español de Málaga 2010 la Biznaga de oro a la mejor película, la de plata a la fotografía y a Alex Brendemühl como mejor secundario. Nos parece que no es para tanto premio.