Título: | 44 INCH CHEST | |
Tit. Orig.: |
44 INCH CHEST | |
Nacionalidad: | INGLATERRA, 2009 | |
Dirección: | MALCOLM VENVILLE | |
Guión: | LOUIS MELLIS y DAVID SEINTO | |
Fotografía: | DAN LANDIN | |
Música | ANGELO BADALAMENTI | |
Interpretes: | RAY WINSTON, JOHN HURT, TOM WILKINSON, IAN McSHANE, STEPHEN DILLANE, JOANNE WHALLEY y MELVIN POUPAUD | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 94 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras la inauguración, el Sevilla Festival de Cine Europeo ofreció la primera película a concurso. Se trata de la británica “44 Inch Chest”, con la que debuta en la dirección de largometraje el fotógrafo, director de spots publicitarios y cortometrajista Malcolm Venville.
Para la ocasión cuenta con un guión escrito por los guionistas de “Sexy Best”, pero aquí no alcanzan el interés y la tensión de aquel otro film. Este se enclava en el género del cine negro, aunque con unas características muy especiales, ya que lo que cuenta es más bien un drama psicológico, acerca de la depresión en la que cae Colin Diamond, un gángster, cuando su mujer, Liz, le confiesa que ha conocido a otro hombre y le va abandonar. Él queda trastornado por dicha confesión y la golpea hasta sacarle el nombre del amante, que resulta ser el de un joven camarero francés. Cuatro amigos de Colin, de su misma calaña, racistas, machistas y homófobos, que lo resuelven todo a base de violencia, lo secuestran y encierran en la habitación de una casa abandonada para que éste se tome venganza y trate de recuperar su masculino orgullo perdido, pero se viene abajo psicológicamente y no sabe qué hacer con él.
Si no defrauda totalmente este drama criminal atípico es porque tiene algunos momentos dramáticos de tensión, cierta agilidad en la puesta en escena, tal vez debida a la experiencia publicitaria de su realizador, y sobre todo por la estupenda interpretación que hacen de cada uno de estos gángsteres los formidable actores que los encarnan.
El guión, que intenta diseccionar la caída emocional del protagonista, no logra totalmente su objetivo, introduciendo unos flash backs innecesario que saca al espectador de la tensión dramática, que no tienen mayor sentido, y de la claustrofobia que produce el encierro entre las cuatro paredes de la habitación, lo que le da a la cinta un aire ciertamente tan teatral que casi se imaginan los distintos actos con las salidas de los compañeros dejando al protagonista frente a frente con su víctima.
Los diálogos nos parecen demasiado vulgares, sin que acaben de profundizar debidamente en el drama, con una tendencia misógina bastante acentuada.
Lo mejor la música de Badalamenti junto al cuadro de actores.