Por PACO CASADO 

 Hace pocos meses veíamos 'Bienvenidos al Norte', la comedia francesa más comercial del pasado año en Francia, que tiene un argumento parecido a ésta, pero las situaciones son totalmente diferentes y además la francesa le gana por la mano en comicidad y simpatía. No hay en este caso copia o nueva versión americana, simplemente una coincidencia en su temática, ya que esta está inspirada en un hecho real.
 Lucy Hill es una agresiva ejecutiva, ambiciosa y materialista, que quiere comerse el mundo y aspira a convertirse en vicepresidenta de su compañía, en la cálida Miami.
 La remodelación de una fábrica situada en New Ulm (Minnesota) le lleva a esta gélida población donde tendrá que operar un cambio en la maquinaria, reestructurar la plantilla y hacerla productiva o de lo contrario cerrarla dejando al pueblo sin su fuente de riqueza. Lo que en principio era algo fácil se convierte en una pesadilla.
 Los cambios que habrá de operar en la fábrica corren paralelos con los que se producen en su persona, acostumbrada al calor de Miami ahora ha de adaptarse al frío de aquellas tierras, de la sofisticación ciudadana ha de pasar a la placidez y las sanas costumbres de la vida rural, a tratar con paletos como el bruto capataz Stu Kopenhafer, la chismosa Blanche Gunderson, su secretaria y experta cocinera, o el representante sindical, el apuesto Ted Mitchell, viudo y con una hija adolescente.
 El simpático argumento es previsible desde el inicio con el cambio de vida de la protagonista que entra en un mundo diferente al que está habituada, donde no hay coches caros o vestidos lujosos, donde todos se conocen y no hay dobleces en sus comportamientos ante los demás ya que no es necesario aparentar.
 La comedia se desliza por los derroteros más tópicos conforme va cambiando la solterona Lucy, dejando de pensar en sí misma y preocupándose por los demás, lo que le llevará de camino a encontrar el amor y finalmente la felicidad, como mandan los cánones de cualquier comedia romántica que se precie.
 El guión es bastante plano, las situaciones cómicas escasas, el carisma de la protagonista está ausente ya que Renée Zellweger no goza de su mejor papel, estando mejor los secundarios.
 El director danés de 43 años, Jonas Elmer, da el salto al cine americano haciendo su primer trabajo en inglés. Para este viaje no se necesitaba cambiar de alforjas.