Título: | PAN NEGRO | |
Tit. Orig.: |
PA NEGRE | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2010 | |
Dirección: | AGUSTÍ VILLARONGA | |
Guión: | AGUSTÍ VILLARONGA. Basado en la novela de EMILI TEIXIDOR | |
Fotografía: | ANTONIO RIESTRA | |
Música | JOSÉ MANUEL PAGAN | |
Interpretes: | FRANCESC COLOMER, NORA NAVAS, ROGER CASAMAJOR, MARINA GATELL, LAIA MARULL, EDUARD FERNÁNDEZ, SERGI LÓPEZ y MARINA COMAS | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 110 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Agustí Villaronga es uno de los directores más personales de nuestro cine, con una caligrafía muy particular y casi siempre sus películas están al margen de la industria.
Suelen ser cine de autor y en pocas ocasiones ha bajado la guardia en este sentido, quizás por ello su filmografía es aún corta, aunque poco a poco va cediendo a hacer productos más accesibles al gran público.
En ese camino se sitúa su séptimo largometraje, "Pan negro", un film de encargo que ha tratado de hacerlo suyo llevándolo a su terreno, con su gusto por lo siniestro, entre otras constantes habituales en su cine.
Se basa en la desesperanzada novela de igual título de Emili Teixidor, con una trama original, que ofrece una mirada oscura sobre la pérdida de la inocencia y, aunque ha tratado de ser fiel al texto, también toma algunos aspectos de otras obras suyas como "Retrato de un asesino de pájaros".
Tras la transición, nuestro cine comenzó a hacer cintas sobre la Guerra civil española, dándole la vuelta a las historias que se filmaron durante la época franquista, contando ahora los hechos desde el punto de vista de los vencidos.
La acción de esta película se sitúa en la Cataluña rural, aparentemente tranquila, de 1944, en la que se seguía persiguiendo a los rojos, que tenían que huir a Francia o bien ocultarse sin salir a la calle en ningún momento por miedo a que fueran a buscarlos, aún a riesgo de poner en peligro la vida de los familiares que les daban cobijo.
Esta historia está contada a través de los ojos de un niño, Andreu, cuyo padre tras huir a Francia, su madre, Florencia, lo manda a vivir con otros familiares para no tener que llevar esa carga sin la ayuda del marido.
Florencia es una madre sacrificada por mantener el orgullo y el honor de la familia a pesar de que la guerra está acabando con los suyos.
Es un relato de la supervivencia de los mayores y de iniciación y pérdida de la inocencia para el niño, que viven en una dura realidad, de opresión y de miedo.
Andreu termina adquiriendo una conciencia moral frente a la falsa realidad que le pintan los adultos y para sobrevivir traiciona sus propias raíces a pesar del consejo de su padre de no perder nunca los ideales por los que acaba muriendo.
Es estupendo el tratamiento y la ambientación de la época, de las costumbres rurales, de la miseria que padecían las familias de los vencidos a causa de la tiranía de los villanos o de los ricos que influían sobre ellos y de cómo a veces se negaban los ideales para poder sobrevivir y hasta los hijos con tal de que éstos pudieran salir adelante.
Es un film sobre la postguerra que no cae en los tópicos y el maniqueismo, de los rencores entre los dos bandos, que posee un poderoso arranque que viene a marcar el clima de violencia en que se desarrolla este drama cuyo guión a veces resulta algo confuso, como es para los propios niños el conocer la realidad con tantos secretos que tienen los mayores y las mentiras que a ellos les cuentan sobre las vicisitudes que padecen las familias.
Villaronga dirige bien a los pequeños actores y saca notable partido de los adultos, entre ellos de Laia Marull o de Nora Navas, en el papel de Andrea, la madre, que se alzó con la Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián 2010.