Título: | SIN RETORNO | |
Tit. Orig.: |
SIN RETORNO | |
Nacionalidad: | ARGENTINA, ESPAÑA, 2010 | |
Dirección: | MIGUEL COHAN | |
Guión: | MIGUEL COHAN, ANA COHAN | |
Fotografía: | HUGO COLACE | |
Música | LUCIO GODOY | |
Interpretes: | LEOBARDO SBARAGLIA, MARTIN SLIPAK, BÁRBARA GOENAGA, FEDERICO LUPI, LUIS MACHÍN, ANA CELENTANO, ARTURO GOETZ, DANIEL VALENZUELA, ROCÍO MUÑOZ | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Cada vez se prodiga más la coproducción de España con los países sudamericanos con las cinematografías más débiles y también con las más potentes como es el caso de Argentina.
Federico es un ventrílocuo que, una noche tras tener un leve tropiezo con un ciclista, es acusado de asesinato, ya que éste resulta muerto en un accidente posterior provocado por un joven que se da a la fuga ocultando el suceso.
Para el debut en el largometraje del argentino Miguel Cohan, formado como ayudante de dirección de Marcelo Piñeyro, recurre a un guion original escrito en colaboración con su hermana Ana, que les llevó cuatro años, en el que expone temas interesantes como el del falso culpable, el cargo de conciencia o el mal funcionamiento de la justicia que comete el error de condenar a alguien equivocado. Por otra parte está también la labor de los medios de comunicación que influyen en la opinión pública.
La acción se sitúa en Buenos Aires pero las problemáticas planteadas son universales, pudiendo suceder en cualquier parte esta casualidad que lleva a cometer tan grave error.
El guión en la primera parte sigue las acontecimientos centrándose en la tensión y el remordimiento que se origina entre los verdaderos culpables de este homicidio involuntario en el que no socorre a su víctima, las relaciones padre/hijo para ocultar el crimen viviendo en una gran incertidumbre a la espera de que pase el tiempo y todo se olvide. Tras una gran elipsis de los años que pasa Federico en la cárcel, en la segunda mitad, se dedica a buscar al culpable, reivindicando su inocencia y que se haga justicia o ejerciendo su venganza, según se mire.
Se muestra el punto de vista de dos padres, uno que pide justicia para su hijo muerto y otro el que procura todo lo posible para salvar al suyo, aunque lo que hace esté equivocado, y provoque que se rompa la vida de las tres familias.
La historia está bien llevada, siendo creíble en todo momento, con unos personajes con dudas y temores, con responsabilidad y sentido de culpa, desembocando en un final potente que no se ceba con los culpables y que sigue dejando temas a la reflexión, como un sistema judicial que no es perfecto que busca más quedar bien ante la opinión pública que llegar a las últimas consecuencias.
Miguel Cohan ha contado con un buen elenco con un estupendo trabajo en sus respectivos papeles, algo esperado de Federico Lupi o Leonardo Sbaraglia, al que acompaña bien Bárbara Goenaga como su esposa con menos labor pero bien hecha. Una película interesante que no debe pasar desapercibida.