Título: | ESTA ABUELA ES MI PADRE | |
Tit. Orig.: |
BIG MOMMAS: LIKE FATHER LIKE SON | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | JOHN WHITESELL | |
Guión: | MATTHEWS FOGEL. Basado en una historia de MATTHEWS FOGEL y DON RHYMES | |
Fotografía: | ANTHONY B. RICHMOND | |
Música | DAVID NEWMAN | |
Interpretes: | MARTIN LAWRENCE, BRANDON T. JACKSON, JESSICA LUCAS, PORTIA DOUBLEDAY, MARC JOHN JEFFRIES, TONY CURRAN, KEN JEONG, FAISON LOVE | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 102 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tercera entrega de una serie de películas iniciada con "Esta abuela es un peligro" (2000) que tuvo su secuela con "Esta abuela es un peligro 2" (2006), la primera de ella dirigida por Raja Gosnell, que se vio sustituido por John Whitesell que ha continuado en la dirección en esta ocasión con "Esta abuela es mi padre" (2011).
Los caracteres creados por Barry Quarles han ido aumentando, aunque no han evolucionado mucho con respecto a las anteriores entregas.
El principal personaje es el de Malcolm Turner, el agente de color del FBI que se ve envuelto en un nuevo caso y obligado a disfrazarse, otra vez, de la oronda y septuagenaria abuela de 130 kilos de peso para recuperar, en una residencia de señoritas, un USB que contiene la información necesaria para incriminar a un peligroso mafioso.
El problema es que su hijo le vio cometer un crimen y también tendrá que vestirse de chica para esconder su físico al ser reconocido y buscado por el criminal.
Una vez más es el cómico de color Martin Lawrence, que tomó impulso y fama tras interpretar "Dos policías rebeldes" (1995), el encargado de incorporar a la obesa abuela, algo que no es nada original ya que hay precedentes ilustres en esto del disfraz femenino en títulos del cine americano como "Tootsie" (1982) o "Sra. Doubtfire, papá de por vida" (1993).
Si ya la primera y la segunda no aportaban novedad alguna, ni tampoco tenían gracia los chistes y las inverosímiles situaciones en que se veía metido, que eran difíciles de creer, por muy en tono de comedia que se tomara, mucho menos interesa esta tercera entrega que supone más de lo mismo, en un facilón argumento confeccionado a base de clichés eligiendo siempre el camino más visto y trillado para llegar a un final previsible desde el inicio del relato y con menos humor que en las anteriores.
En esta ocasión la diferencia está en la aportación del disfraz del hijo, que se enamora de una de las chicas, y la introducción de algunas canciones de rap, tal vez con la idea de captar a un público juvenil aficionado a la música de esta clase, al tiempo que alarga un poco el argumento con algunas actuaciones musicales.
La verdad es que John Whitesell no le imprime el ritmo debido a una comedia que se precie y en cuanto a la actuación de Martin Lawrence se hace repetitiva y sin gracia.