Título: | INVASIÓN A LA TIERRA | |
Tit. Orig.: |
BATTLE: LOS ANGELES | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | JONATHAN LIEBESMAN | |
Guión: | CHRIS BERTOLINI, SCOTT SILVER | |
Fotografía: | LUCAS ETTLIN | |
Música | BRIAN TYLER | |
Interpretes: | AARON ECKHART, MICHELLE RODRÍGUEZ, RAMÓN RODRÍGUEZ, BRIDGET MOYNAHAN, NE-YO, MICHAEL PEÑA, TAYLOR HANDLEY, JOEY KING | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 116 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Hay ocasiones en que los guionistas mezclan los géneros tal vez con la aviesa intención de captar a un público más variado, como en este caso en que fusionan la ciencia ficción con el bélico.
En algún sitio hemos leído que el 25 de febrero de 1942, a raíz del ataque japonés a Pearl Harbor, algunas ciudades americanas fueron atacadas, al parecer, por naves espaciales.
Las noticias que se difundieron a través de los medios de comunicación fue la de una lluvia de meteoritos.
Esos documentos se archivaron y ahora se han sacado a la luz y se especula con ellos, trasladando la acción a nuestros días.
Los guionistas han tomado esta noticia y han convertido los meteoritos en una auténtica invasión de la Tierra, para crear las líneas maestras de este guion, que debe ser bastante corto, pero al convertirlo en imágenes se ha alargado más de la cuenta, por lo que la película resulta bastante repetitiva.
La acción se centra en un grupo de marines que han de salvar de la invasión a un puñado de personas civiles de los ataques de los alienígenas, que daba lo mismo que fueran unos enemigos humanos en lugar de extraterrestres, pero así se le da entrada a los efectos especiales a la hora de crear sus figuras y las naves, lo que ayuda a hacer la producción más espectacular.
La historia se centra en un escenario casi único, en el que son constantemente atacados y han de repeler la agresión para permanecer con vida.
Todo se reduce a una constante destrucción, bombardeos, tiroteos y muertes, pero siempre con una promoción de los marines como los mejores del mundo, embebidos en adrenalina patriótica, hasta el punto de parecer un spot publicitario del cuerpo.
El film está rodado con una mareante cámara a mano desde el inicio hasta el final, sin venir a cuento, como si se hubieran olvidado el trípode, en un afán de que parezca un documental filmado in situ, lo que aparte de no ver claramente la acción produce un auténtico dolor de cabeza, a lo que contribuye el crispado montaje, la oscura fotografía y la estridente banda sonora.
La cinta, que se acerca más al género bélico que a la ciencia ficción, está llena de tópicos, con diálogos castrenses propios de esta clase de cine, con personajes que apenas están definidos, hechos de una pieza y con un trasunto tan elemental que no daba para tanto aparato espectacular.
La puesta en escena del sudafricano Jonathan Liebesman ("La matanza de Texas: el origen" (2006) más bien le hace parecer un videojuego de guerra.
Cierto es que no engaña en cuanto a lo que promete el título, aunque el original es el de "Batalla: Los Angeles", que es donde fundamentalmente se centra la historia, que no ofrece nada nuevo, siendo bastante previsible.