Título: | THE ROOMMATE | |
Tit. Orig.: |
THE ROOMMATE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | CHRISTIAN E. CHRISTIANSEN | |
Guión: | SONNY MALLHI | |
Fotografía: | PHIL PARMET | |
Música | JOHN FRIZZELL | |
Interpretes: | LEIGHTON MEESTER, MINKA KELLY, GAM GIGANDET, ALY MICHALKA, MATT LANTER, BILLY ZANE, KATERINA GRAHAM, DANNEEL HARRIS, FRANCES FISHER, LAUREN STORN, ELENA FRANKLIN | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 91 MINUTOS |
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Por JMB
“The Roommate” quiere decir en su traducción “El compañero de habitación” y el propio título resume muy bien la historia de esta película de la que ya existía un telefilme con el mismo nombre de 1984.
Una estudiante, Sara, decide compartir piso con Rebeca para hacer más llevaderos los gastos. Al principio todo va de maravilla hasta el punto de que ambas chicas se hacen estupendas amigas pero poco a poco algo va cambiando en Rebeca que se vuelve obsesiva y peligrosa, intentando primero separar a todas las amistades de Sara y posteriormente involucrarla en asuntos nada claros.
La historia que narra el desconocido Sonny Mallhi nos suena a sabida en ciertos aspectos e incluso se podría apuntar algún paralelismo con “Mujer blanca soltera busca” y no es de extrañar que la base del guionista haya podido ser este filme adaptándolo a la época, al tiempo que rebaja la edad de los protagonistas.
El argumento tiene dos partes muy diferenciadas entre sí, una primera donde las protagonistas se divierten, se van conociendo las compañeras y una segunda más oscura en la que el largometraje cambia radicalmente de registro.
La dirección de Christian E. Christiansen, que hace con éste su cuarto largometraje, ninguno de ellos vistos en España, se deja llevar por un guión que no descubre nada nuevo, lleno de clichés, tratándose de una cinta de corte juvenil y donde todo está preestablecido desde un principio y sin dar opción alguna a la sorpresa.
El reparto compuesto por caras desconocidas en su gran mayoría se limita a obedecer órdenes y poco más, encontrándonos con rostros más habituales como Cam Gigandet que aparece últimamente en todas las películas del estudio, Screem Gems, como secundario, Aly Michalka en un breve personaje ya que desaparece sin más de la pantalla y el veterano Billy Zane, en un papel con nula relevancia y metido con calzador.
No hay mucho más que decir de una película que se va desinflando a medida que pasan los minutos, sobre todo en su segunda parte donde el director recurre a un tema muy manido y del que es imposible sacar partido.