Título: | BEBÉS | |
Tit. Orig.: |
BÉBÉ(S) | |
Nacionalidad: | FRANCIA, 2009 | |
Dirección: | THOMAS BALMÉS | |
Guión: | THOMAS BALMÉS. Argumento: ALAIN CHABAT | |
Fotografía: | JÉRÔME ALMÉRAS, FRAZER BRADSHAW, STEVEN PETITEVILLE, ERIC TURPIN | |
Música | BRUNO COULOIS | |
Interpretes: | Documental con los bebés BAYAR, HATTIE, MARI, PONIJAO | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 78 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Dentro del género documental habría que decir que la idea de Alain Chabat es ciertamente original, otro cantar es el resultado que se haya obtenido de ella.
Se parte de filmar a cuatro bebés desde que nacen hasta que comienzan a dar sus primeros pasos.
Estos fueron elegidos en cuatro partes del mundo tan diferentes como San Francisco, Tokio, Mongolia y Namibia.
Es evidente que el comportamiento del ser humano en esos primeros momentos de su vida es prácticamente idéntico, aunque depende del ambiente en el que viva.
No es lo mismo un bebé que se cría en medio del campo entre cabras que igual chupa un hueso encontrado en el suelo, que el que va a una guardería donde está bien atendido y alimentado.
El comportamiento de las progenitoras también es diferente, desde la intelectual de San Francisco hasta la madre de color con los pechos siempre al aire que son buscados por su bebé como si se trata de un animal o que ésta utilice la leche materna para limpiar su rostro y después lo lame para secarlo como un animal en un comportamiento totalmente natural.
El documental, que es un canto a la vida y a la maternidad, recoge sonrisas, llantos, juegos, primeros balbuceos, momentos de pipí o caca que hacen sonreír al auditorio, como también cuando intentan andar y se caen o igualmente provoca instantes tiernos y costumbres maternales, como la de liar una enfermera al bebé recién nacido fuertemente en Japón que parece que lo está empaquetando.
Algunos juegan con animales, perros, gatos o cabras como si fueran sus juguetes preferidos al igual que otros de la gran ciudad se asustan y lloran cuando ven a un tigre en un zoológico a través de un cristal.
Es como una especie de diario de estas criaturas envuelto en una cuidada fotografía y con una bonita banda sonora de Bruno Coulais, que no pretende enseñar, ni criticar nada, ya que no hay ni una voz conductora, ni siquiera están traducidas las breves y simples palabras de cariño que emiten las madres hacia sus hijas, sino que se trata de una sencilla mirada a esa etapa de la vida que es la más inocente del ser humano.
Tampoco hay un montaje predeterminado que agrupe por temas o momentos, sino que se van alternando las actitudes de los cuatro protagonistas de manera indistinta, aunque a veces coincidan en sus monerías o mohines que evocan momentos de ternura en las madres o sonrisas en los pequeños espectadores.