Título: | EL SICARIO DE DIOS | |
Tit. Orig.: |
PRIEST | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | SCOTT STEWART | |
Guión: | CORY GOODMAN. Basado en la serie de novelas gráficas creadas por MIN WOO HYUNG | |
Fotografía: | DON BURGESS | |
Música | CHRISTOPHER YOUNG | |
Interpretes: | PAUL BETTANY, KARL URBAN, CAM GIGANDET, MAGGIE Q, LILY COLLINS, STEPHEN MOYER, CHRISTOPHER PLUMMER, BRAD DOURIF, ALAN DALE | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 85 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El cine americano ya no sabe cómo mezclar los géneros para que sean rentables. Desde las primitivas películas de Nosferatus, Drácula y demás compañeros mártires, el cine de vampiros parece que ha funcionado en todas las épocas del cine, la prueba está en títulos más recientes como "Entrevista con el vampiro" (1994) y otras, por no citar más para no alargar la lista.
En esta ocasión se mezcla el vampirismo y la religión y se sitúa la acción en un futuro improbable en el que los vampiros que quedan en el mundo, tras la guerra con el hombre, han sido metidos en colmenas y controlados, mientras que la Iglesia gobierna las ciudades sumidas en las tinieblas debido al pecado, manipulando a los ciudadanos con la amenaza de que quien atenta contra la Iglesia lo hace contra Dios. El control lo ejercen los sacerdotes guerreros. Cuando a uno de ellos un grupo de vampiros que ha huido le secuestran a una sobrina, aun desobedeciendo a sus superiores, va en su busca en compañía de un sheriff que está enamorado de ella.
El resto del argumento es pura acción mezclada con los efectos especiales, campo del que proviene el director que es especialista en la materia, todo ello con un sonido atronador. Está basado en la serie de novelas gráficas coreanas de las que es autor Min-Woo Hyung, que trata sobre la guerra entre los hombres y los vampiros en un futuro apocalíptico.
Algunos críticos han visto en esta historia una semejanza con el film de John Ford "Centauros del desierto" (1956), y es verdad que la tiene, pero mejor diríamos que extrae la idea y plagia a esta notable obra del western con la que nada tiene que ver.
El guión es irregular y lo que constituye su base es un relato tan simple como las líneas argumentales que hemos apuntado más arriba, en el que Scott Stewart vuelve a tocar un tema algo parecido al de la cinta de su debut, "Legión" (2010) y con el mismo protagonista, Paul Bettany, que como fue bien, ya que hizo casi el doble de lo que supuso su presupuesto, solo en Estados Unidos, no ha tenido problemas para repetir.
Paul Bettany corre el riesgo de encasillarse en este tipo de papeles que son más propios de producciones de serie B que de un producto serio. Los diálogos son propios de tebeos, como es su procedencia, nada serios, con personajes de una pieza. Es una pena que el diseño de producción no luzca debido a una fotografía siempre gris en la que no aparece nunca el sol.