Título: | TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ | |
Tit. Orig.: |
TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2010 | |
Dirección: | JONÁS TRUEBA | |
Guión: | JONÁS TRUEBA, DANIEL GASCÓN | |
Fotografía: | SANTIAGO RACAJ | |
Música | Varias canciones | |
Interpretes: | ORIOL VILA, BÁRBARA LENNIE, RAMÓN FONTSERÉ, BRUNO BERGONZINI, ELOY AZORÍN, VALERIA ALONSO, MIRIAM GIOVANELLO, ANGELA CREMONTE, ISABELLE STOFFEL | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 98 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Jonás Trueba pertenece a una familia de cineastas y criado en ese ambiente era lógico que algún día se viera metido en el oficio de sus mayores.
Hijo de Fernando Trueba y sobrino de David Trueba, ha colaborado hasta ahora en algunos guiones como "Más pena que gloria" (2000) y "Vete de mí" (2006), ambos dirigidos por Víctor García León y "El baile de la Victoria", de su padre Fernando Trueba.
Ahora decide pasarse a la dirección con "Todas las canciones hablan de mí" (2010), una especie de comedia romántica que trata de romper el tópico de chico conoce a chica.
Se centra en la separación de Ramiro y Andrea tras seis años de relaciones y a él le entra la nostalgia al escuchar las canciones que oían juntos.
Como es frecuente en toda ópera prima que se precie, a la hora de escribir el guion se suelen aportar muchas vivencias personales y ahí están las aficiones literarias de escribir, como lo suele hacer su tío David, y las influencias musicales o cinematográficas del cine visto, caso de las películas de François Truffaut, por ejemplo, a las que se parece este film en ese ir y venir de Ramiro Lustre, el protagonista, con su amor perdido, Andrea, a la que echa de menos y con la que no acaba de llevarse mal, añorándola, a la que escribe cartas de amor a mano, a pesar de que en algunos momentos hace intento de olvidarla queriéndose marchar a Canadá.
Pulsa el estado de ánimo del desencanto y la incertidumbre de una generación, retomando su sensibilidad social y amorosa, el desconcierto afectivo, el paso del tiempo en las relaciones y la frivolidad con que se toman las mismas, a veces vacías, sin amor.
En el lenguaje fílmico del joven director hay una cierta visión literaria en el empleo del tiempo y la palabra.
Encuadra la historia en un Madrid melancólico, escenario que también utilizó su padre en su Opera prima y su tío David.
En este sentido sería necesario que desarrollara un estilo propio y se olvidara de las influencias externas.
Tiene un cierto parecido a las comedias indies americanas, pero con un exceso de literatura y aunque no intenta ser original, al menos es honesto, domina la narrativa y el paso del tiempo, aunque le falta un poco de ritmo.
Comedia de desamor, desengaños sentimentales e intelectuales, en varios capítulos, que denota la tendencia literaria antes apuntada, llevada a cabo con cierta frescura, con un buen trabajo de la pareja protagonista Oriol Vila y Bárbara Lennie.