Título: | LOS COLORES DE LA MONTAÑA | |
Tit. Orig.: |
LOS COLORES DE LA MONTAÑA | |
Nacionalidad: | COLOMBIA, 2010 | |
Dirección: | CARLOS CÉSAR ARBELÁEZ | |
Guión: | CARLOS CÉSAR ARBELÁEZ | |
Fotografía: | ÓSCAR JIMÉNEZ | |
Música | CAMILO MONTILLA, ORIOL CARO | |
Interpretes: | HERNÁN MAURIZIO OCAMPO, GENARO ALFONSO ARISTIZÁBAL, LUIS NOLBERTO SÁNCHEZ, NATALIA CUÉLLAR, HERNÁN MÉNDEZ, CARMEN TORRES, ANTONIO GALEANO, ÁNGELA PATRICIA ÁNGEL, FÉLIX JAMARILLO | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 93 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras pasar por los festivales de Chicago, Friburgo, Roma, San Sebastián o Cartagena de Indias, certamen éste último donde consiguió el premio del público, entre otros, llega a las pantallas comerciales esta producción colombiana del director y guionista Carlos César Arbeláez que hace con ella su debut en la dirección de su primer largometraje.
No es frecuente que películas de esta nacionalidad lleguen a nuestras salas pero así el público español tiene la oportunidad de ver el cine que se hace en esas pobres cinematografías sudamericanas, la mayoría de las veces con un gran esfuerzo de producción a pesar de su economía de medios.
Esta ópera prima nos cuenta una historia con protagonista infantil, Manuel, un niño que en su noveno cumpleaños su padre le regala un balón y unos guantes de portero, ya que la pelota que tiene está rota. Toda su ilusión es estrenar su nuevo juguete con sus amigos, pero el balón cae en un campo minado y los mayores les prohíben recuperarlo. No obstante él se empeña en esa peligrosa misión con sus compañeros Julián y Pocaluz, sin miedo, lo que origina momentos de tensión y suspense.
Esta historia infantil no es más que la excusa para contar la otra que transcurre de fondo, la lucha entre las FARC y el ejército colombiano, que atemoriza a los pobres campesinos que tienen que convivir con esa violencia o marcharse, algo a lo que se niega la familia de Manuel, pero tienen miedo, como lo tienen todos los habitantes de la vereda de La Pradera, que sufren las constantes pintadas políticas en las paredes de la escuela.
Los niños también son víctimas de esa violencia al quedarse sin maestra, ya que a pesar de mostrar su buena intención acaba huyendo presa del pánico y con la rabia de la impotencia por no poder ejercer su labor didáctica por quedarse prácticamente sin alumnos al huir éstos con sus familias.
Está vista a través de la mirada de los niños que desconocen las razones de cada bando, por lo que para el espectador no hay buenos ni malos, ni tampoco el director se inclina hacia uno u otro bando, sólo expone las consecuencias del conflicto debido al cual pagan los más inocentes al quedarse sin ir a la escuela.
El balón es un símbolo de lo único que le preocupa al pequeño Manuel y a sus compañeros de clase. Los niños constituyen la fuerza expresiva de este film, hermoso y valiente, todo un canto a la amistad y las relaciones familiares.