Título: | MICMACS | |
Tit. Orig.: |
MICMACS Á TIRE-LARIGOT | |
Nacionalidad: | FRANCIA, 2009 | |
Dirección: | JEAN-PIERRE JEUNET | |
Guión: | JEAN-PIERRE JEUNET, GUILLAUME LAURANT | |
Fotografía: | 1TETSUO NAGATA | |
Música | RAPHAËL BEAU | |
Interpretes: | DANY BOON, ANDRÉ DUSSOLLIER, JEAN-PIERRE MARIELLE, YOLANDE MOREAU, JULIE FERRIER, OMAR SY, DOMINIQUE PINON, JEAN-PIERRE BECKER, PIERRE ÉTAIX | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
De Jean-Pierre Jeunet conocemos en España toda su corta filmografía de seis películas, desde que comenzó llamando la atención con 'Delicatessen' (1991) codirigida por Marc Caro que también le ayudó en la segunda, 'La ciudad de los niños perdidos' (1995), ambas de un humor bastante negro. Después se independizó para hacer en el cine americano una secuela, 'Alien Resurrección' (1997), probando con la ciencia ficción. Siguió solo y logró el éxito de su vida con una comedia, 'Amelie' (2001), que lanzó a la fama a Audrey Tautou. Probó también el drama con 'Largo domingo de noviazgo' (2004) con la misma actriz, siendo la primera vez que se basaba en una novela, la escrita por Sebastian Japrisot.
Ahora ha vuelto a sus inicios, a Delicatessen, al cine surrealista, para contarnos la historia de una venganza, la de un hombre que perdió a su padre por una mina de persona y él recibió un tiro en la cabeza que estuvo a punto de causarle la muerte, por ello va contra las dos industrias que fabricaron esas armas. Debido a esto pierde su empleo y se integra en una troupe de indigentes que se dedican a reciclar objetos desechados.
De nuevo vuelve a hacer un guión propio, esta vez escrito en colaboración con Guillaume Laurant, y no es de extrañar que haya tardado siete años en volver a dirigir ya que éste resulta de lo más elaborado y con algunos momentos brillantes.
Ya en el cambio de estilo que le llevó a Amelie había un cierto toque del cine de Louis Malle, de su film Zazie en el metro y en esta ocasión se fija en el casi mudo que hacía Jacques Tati, resultando su absurda comicidad en muchas ocasiones fabricada a base de gestos y situaciones silentes, muy ocurrentes, con gags visuales mecánicos que aportan soluciones argumentales.
A pesar de su deseo de venganza no se ensaña con sus enemigos sino que trata de darles una severa lección por ser los culpables de haberle cambiado la vida.
La historia no tiene nada de realista y sí mucho de tono fantástico, de sátira, de crítica social sobre la industria de las armas, a la que no le falta ternura, a pesar de ser disparatada y excesiva.
Cinta llevada a cabo con su estilo propio que recuerda a veces al comic, faceta de la que procedía cuando debutó en el cine.
Sus personajes son marginados sociales, algo grotescos, pero en el fondo resultan entrañables y dentro de su extrañeza producen cierto sentimentalismo.
Correcto el cuadro de actores en el que no podía faltar su intérprete habitual, Dominique Pinon. Lamentablemente ha tenido poco éxito, tal vez haya pasado desapercibida.