Título: | LA MIRADA INVISIBLE | |
Tit. Orig.: |
LA MIRADA INVISIBLE | |
Nacionalidad: | ARGENTINA, ESPAÑA, FRANCIA, 2010 | |
Dirección: | DIEGO LERMAN | |
Guión: | MARÍA MEIRA, DIEGO LERMAN. Basados en la novela "Ciencias morales" escrita por MARTIN KOHAN | |
Fotografía: | ALVARO GUTIÉRREZ | |
Música | JOSÉ VILLALOBOS | |
Interpretes: | JULIETA ZYLBERBERG, ÓSCAR NUÑEZ, MARTIN LUBOS, GABY FERRERO, PABLO SIGAL, DIEGO VEGEZZI | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 97 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Diego Lerman es ya casi un veterano director del cine argentino, con dos largometrajes en su haber, "Tan de repente" (2002), que tiene un palmarés de 13 premios ganados en los diversos festivales a los que concurrió, y "Mientras tanto" (2006).
Tras presentarse en la Quincena de realizadores del Festival de cine de Cannes y participar en la sección a concurso del 36 Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, "La mirada invisible" (2010), que es su tercer trabajo, se estrena ahora en la salas españolas.
Para escribir su guión, en colaboración con María Meira, se ha basado en la estupenda novela "Ciencias morales", de Martín Kohan, ganadora del Premio Herralde 2007, que trata sobre la férrea educación que se practicaba en los centros educativos argentinos de la época en la que se desarrolla la acción.
Lo que en ella se cuenta es la vida disciplinaria que se llevaba a cabo concretamente en el prestigioso Colegio Nacional de Buenos Aires, en marzo de 1982, durante la dictadura en este país del cono sur, en los días previos a la Guerra de las Malvinas.
María Teresa Cornejo, Marita para los amigos, es una celadora muy respetuosa y exigente con su trabajo de vigilancia de las relaciones y la conducta de los alumnos que el profesorado les impone. Para controlar si éstos fuman, se esconde en los lavabos y, en su diaria, constante y callada observación, su vigilancia le llega a excitar sexualmente.
Detectada esa conducta por uno de sus superiores, le conducirá finalmente a unos hechos trágicos e inesperados acordes con los acontecimientos políticos que se desarrollan en el exterior.
Marita es de alguna manera una muestra de la compleja personalidad representativa de la maquinaria represiva del régimen, dictatorial y totalitario, imperante en la nación.
Tanto la novela como la película hacen con este reducido reducto colegial una metáfora de lo que sucede fuera de sus muros a nivel del país, haciendo el problema más abarcable y fácil de entender. El colegio da una buena imagen de cara al exterior, pero está podrido por dentro en lo que respecta a los enseñantes.
El guion lo expone muy claramente centrándose casi desde el principio en la figura de la protagonista, una mujer joven, soltera, de 23 años, reprimida sexualmente, cuya vigilancia se convierte en una obsesión y un hábito excitante.
El film está realizado con detallismo y el mismo rigor que pone de manifiesto en la disciplina casi militar o policial la protagonista, con ritmo parsimonioso en la puesta en escena e igualmente en lo que corresponde a los actores, que realizan su tarea de manera escueta, sin dramatismo y con apenas unos sucintos diálogos que recitar.
A lo largo del argumento se deslizan otros problemas, como los familiares de María Teresa, el sexo, el amor, el deseo, el acoso sexual, la violación y de fondo se insinúa en off, en los últimos metros, con algunos planos de fragmentos de un discurso patriótico, en imágenes tomadas de algún documental, el inicio de la Guerra de las Malvinas, de tan nefasto resultado.
La calidad de los actores argentinos se pone una vez más de manifiesto en la sobria actuación de Julieta Zylberberg, que ganó el premio Cóndor de plata 2011 de la Academia del cine argentino por este papel, muy bien secundada por Oscar Núñez, así como los demás intérpretes de esta cinta a la que la dirección imprime una notable tensión.