Título: | LE QUATTRO VOLTE | |
Tit. Orig.: |
LE QUATTRO VOLTE | |
Nacionalidad: | ITALIA, ALEMANIA, SUIZA, 2010 | |
Dirección: | MICHELANGELO FRAMARTINO | |
Guión: | MICHELANGELO FRAMARTINO | |
Fotografía: | ANDREA LOCATELLI | |
Música | No tiene | |
Interpretes: | GIUSEPPE FUDA, NAZARENO TIMPANO, BRUNO TIMPANO, ARTEMIO VELLONE, DOMÉNICO, SANTO Y POPPE CAVALLO, ISIDORO CHIERA, IOLANDA MANNO, CESARE RITORTO | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 84 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Hay un dicho que dice "que aburre a las ovejas" tal vez por lo dócil y pacientes que son esos animales, pero otro tanto lo son las cabras que en buena parte de esta película se erigen en protagonistas, ya que nos muestra cómo un pastor se levanta cada día y las lleva a pastar al monte o cómo una de ellas tiene el parto de un chivito.
Para ver este film, que es prácticamente un documental, hay que leerse antes las intenciones que ha tenido su director para hacerlo, que son filosofía pura acerca de los ciclos de la vida, que ha tratado de plasmar en bellas imágenes, en alargados y parsimoniosos planos, la mayoría de las veces fijos y alejados o con leves y majestuosos movimientos de la cámara.
De no ser así sus intenciones han fracasado porque no logra que su cinta conecte con el espectador. Él bien dice que si no hay espectadores no hay película, y es cierto, si se queda en las latas, si no se proyecta, no hay cine, no se cumple la función para la que fue hecha, pero ésta tiene que conectar con el público que la ve, pues de lo contrario no se cierra el ciclo.
En este sentido ha fracasado porque su film no conecta con el espectador, su cinta no cobra vida, el vínculo se rompe y muere.
A lo largo de la misma vemos cómo un pastor enfermo toma unos polvos que han sido recogidos en una iglesia y cuando éstos le faltan esa noche muere. Una cabra tiene un cabritillo y a los pocos días se pierde y se supone que muere al pie de un árbol, un elevado abeto que es cortado para ser protagonista en la fiesta del pueblo y también termina muriendo a manos de las sierras mecánicas y vendido a unos hombres que lo convierten en carbón terminando así de esa forma su periplo vital.
Estos son los ciclos de vida a los que hace referencia en su escrito de intenciones Michelangelo Framartino, director italiano curtido en las videoinstalaciones, que debuta en el largometraje con esta cinta, de bellas imágenes sin palabras solamente con sonidos de fondo, realizada con habilidad estética, en la que si no se entra en el juego... aburre hasta las cabras y como decía Luis Buñuel, "el pecado mortal del cine es aburrir".