Título: | LA CARA OCULTA | |
Tit. Orig.: |
LA CARA OCULTA | |
Nacionalidad: | COLOMBIA, ESPAÑA, EE.UU., 2011 | |
Dirección: | ANDRÉS BAIZ | |
Guión: | ANDRÉS BAIZ, KATEM KHRAICHE | |
Fotografía: | JOSEP M. CIVIT | |
Música | FEDERICO JUSID | |
Interpretes: | QUIM GUTIÉRREZ, CLARA LAGO, MARTINA GARCÍA, ALEXANDRA STEWART, MARCELA MAR, HUMBERTO DORADO | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 96 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Andrés Baiz es un director colombiano que estudió cine en Nueva York y debutó en la dirección de un largometraje con "Satanás" (2007) con 32 años, basándose en la novela de Mario Mendoza, que recogía un sangriento hecho real.
Tuvimos ocasión de ver su ópera prima en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y ahora nos llega con su segunda película realizada en coproducción con España.
Esta vez se basa en un guión original, escrito en colaboración con Katem Khraiche, en el que nos cuenta la historia de Adrián, el joven director de la orquesta de Bogotá, y su novia Belén, que tras una crisis de celos desaparece, mientras él se enamora de Fabiana, una atractiva camarera.
Lo que empieza teniendo caracteres de un thriller policiaco, que bien puede ser sobre el típico psicópata del que sospecha la policía, o un film de casa encantada con algo de terror, termina convirtiéndose en un suspense psicológico y claustrofóbico que mantiene al espectador en una inquietante tensión a partir de la mitad de la proyección en donde en un largo flash back se nos dan las claves de lo ocurrido y cambia el protagonismo femenino.
Esa asfixiante última parte es la mejor, manteniendo el suspense de lo que ocurrirá finalmente, y sustituyendo éste por la angustia y la impotencia. Se estropea en parte debido a un ambiguo final en el que no acabamos de saber qué es lo que quiere decir o cómo terminar la cinta.
El guion arranca de una buena idea de principio que no logra cuajar definitivamente, mientras va dejando atrás temas como los celos o la posesión en el amor, siendo las dos mujeres las que dan marcha a este relato, apasionante a ratos, convertidas en víctimas y verdugos a la vez, en una trama con sorpresa que a la mitad da un giro de 180 grados.
La realización obtiene una atmósfera muy lograda pero cae en algunas ingenuidades, como recurrir a los sobresaltos cuando no se trata de una película de terror, lo que puede despistar al público, cuando en cambio sabe conseguir un clima constante de misterio, con el ritmo adecuado para que no decaiga.
A lo largo del argumento se deslizan algunas situaciones convencionales propias de las producciones de género y más cuando se mezclan varios de ellos o se va de uno a otro.
Hay problemas en el reparto con un Quim Gutiérrez que no resulta muy creíble como director de orquesta y con el físico tan parecido de las dos actrices protagonistas que confunde a veces.
Un thriller psicológico que entretiene.