Título: | HAPPY FEET 2 | |
Tit. Orig.: |
HAPPY FEET 2 | |
Nacionalidad: | AUSTRALIA, 2011 | |
Dirección: | GEORGE MILLER | |
Guión: | GEORGE MILLER, GARY ECK, WARREN COLEMAN, JUDY MORRIS | |
Fotografía: | DAVID DULAC, DAVID PEERS | |
Música | JOHN POWELL | |
Interpretes: |
Animación |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 100 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras el éxito de "Happy Feet, rompiendo el hielo" (2006), que ganó el Oscar a la mejor película de animación, su director George Miller, ha decidido cinco años después continuar con estos personajes que tan buenos resultados le dieron también en la taquilla ideando una nueva historia sobre los mismos.
Si el hallazgo de aquella era hacer bailar a los pingüinos, aquí el maestro del claquet Mumble se encuentra que su hijo Erik no sabe bailar y los demás se ríen de él, por lo que se marcha en compañía de sus amigos en busca de su propia identidad.
Por el camino conoce a Sven, que se convierte en su ídolo, porque es un pingüino que sabe volar y él quiere aprender.
De nuevo se hace aquí un canto a la amistad, a la familia, a las relaciones paterno-filiales, a salvar la comunidad por la que a veces hay que sacrificarse, como en este caso en que las fuerzas de la Naturaleza amenazan con la supervivencia de los pingüinos Emperador, al mismo tiempo que hay que respetar a los que no son iguales que nosotros y ser solidarios con los demás.
También hay en el film un mensaje ecologista de conservación de la Naturaleza.
Mumble no es el mejor padre pero desea conectar con Erik, aunque por otra parte comprende que debe dejarle su espacio para que encuentre su personalidad.
George Miller aprovecha estos personajes que ya son conocidos del público, que tienen su encanto, con poco esfuerzo, y utilizando la misma fórmula, consigue una cinta simpática, adobada con algunas canciones y divertidas coreografías como recurso.
Posee un guion sencillo, con una subtrama que corre de forma paralela con el relato principal con la historia de los dos krill, Will y Bill, que abandonan a los suyos para convertirse en depredadores cuando no son más que unas simples gambas y terminan por darse cuenta de los peligros que corren con ello.
Esta subtrama se corresponde con la principal en la que Erik tampoco consigue su propósito de aprender a volar.
A lo largo del argumento se deslizan otros valores como el ser fiel a nuestros propios principios, comportarse valientemente a la hora de afrontar las dificultades, tratar al mundo y a nuestros semejantes con el mayor respeto.
Película colorista, con canciones divertidas y con personajes simpáticos que caen bien en la audiencia infantil y por otra parte tampoco aburre a los adultos.