Título: | LA FUENTE DE LAS MUJERES | |
Tit. Orig.: |
LE SOURCE DE FEMMES | |
Nacionalidad: | FRANCIA, BÉLGICA, ITALIA, 2011 | |
Dirección: | RADU MIHAILEANU | |
Guión: | ALAIN MICHEL BLANC, RADY MIHAILEANU | |
Fotografía: | GLYNN SPEECKAERT | |
Música | ARMAND AMAR | |
Interpretes: |
HIAM ABBASS, SALEH BAKRI, ZINEDINE SOUALEM, LEILA BEKHTI, HAFSIA HERZI, BIYOUNA, SABRINA OUAZANI, AMAL ATRACH |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 125 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Después de pasar por el Festival de Cine de Cannes, el director rumano afincado en Francia Radu Mihaileanu, nos ofrece "La fuente de las mujeres" (2011), una película en la que reivindica el derecho a la igualdad en el mundo árabe entre hombres y mujeres, en lugar de los abusos machistas que usan los primeros, amparados en el Corán y en las tradiciones, que es lo que se plantea aquí.
El guion se inspira en un hecho real ocurrido en una aldea turca en el año 2001 donde se dio una huelga sexual e igualmente el sexo puso fin a una larga guerra en Liberia.
En este caso las mujeres han de subir a la montaña para transportar hasta el hogar el agua de la fuente allí situada a través de un camino pedregoso que ha ocasionado varias muertes de bebés, debido a las caídas de algunas embarazadas, hasta que Leila decide poner fin a esta situación y que los hombres ayuden a transportar el agua o que logren una conducción hasta la plaza del pueblo. Para presionar deciden hacer una huelga de amor hasta que éstos lo consigan.
Tras el éxito logrado por Radu Mihaileanu con "El concierto" (2009) le ha sido más fácil conseguir dinero para financiar este film que es una especie de metáfora del levantamiento de los pueblos árabes sobre la libertad moral y sentimental de las mujeres en un mundo injusto debido a la opresión que se ejerce sobre ellas a cargo de los hombres que son sometidas e incluso maltratadas amparados en los derechos que les otorga el Corán.
La tradición les dice que las esposas no deben exigir derechos sino aceptar de buen grado sus deberes y cumplir con sus obligaciones con una sonrisa.
Es una crítica a las tradiciones culturales de la sociedad islamista adornada con algunas canciones y bailes folclóricos para aliviar la tensión del drama.
El guion alarga demasiado una historia que se podía haber contado en menos tiempo introduciendo algunas subtramas que en realidad no aportan nada al núcleo central de la cinta.
Es inconcebible que las autoridades se opongan al progreso a llevar la luz y el agua corriente a la aldea por miedo a que las mujeres pidan más, teniéndose que alumbrar con velas y linternas en casas lúgubres y poco habitables mientras que en cambio usan los teléfonos móviles.
Está coproducida por Luc Besson y posee un ramillete de guapas actrices que aunque no son conocidas por estos lugares dan perfectamente sus respectivos papeles.