Título: | ROUTE IRISH | |
Tit. Orig.: |
ROUTE IRISH | |
Nacionalidad: | INGLATERRA, FRANCIA, ITALIA, ESPAÑA, BÉLGICA, 2011 | |
Dirección: | KEN LOACH | |
Guión: | PAUL LAVERTY | |
Fotografía: | CHRIS MENGES | |
Música | GEORGE FENTON | |
Interpretes: |
MARK WOMACK, ANDREA LOWE, JOHN BISHOP, NAJWA NIMRI, TREVOR WILLIAMS, STEPHEN LORD, CRAIG LUNDBERG |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El director británico Ken Loach es como el azote del cine inglés que con sus comprometidas películas suele denunciar lo que está mal en la sociedad de su país y en otras partes del mundo.
Ahora nos llega su film "Route Irish" que fue presentado en la edición número 63 del Festival de Cannes 2010.
La cinta se remonta de inicio al año 1976 cuando de niños se conocen Frankie y Fergus y se hacen amigos. De jóvenes soñarán con recorrer el mundo y ya de adultos se hace realidad cuando se inscriben en las fuerzas especiales británicas SAS. Posteriormente fuera ya de ellas se alistan en un comando privado que les lleva a Bagdad contratados por 10.000 libras al mes. Cuando en 2007 Frankie muere en la Route Irish, la carretera más peligrosa del mundo, Fergus no se cree la versión oficial e inicia una investigación para conocer la realidad de su muerte.
La colaboración entre Ken Loach y el guionista Paul Laverty se inició en 1996 y aún sigue, ya que se ha convertido en su colaborador habitual y con el que ha hecho todas sus últimas películas, aunque parece que las ideas se van agotando.
Esta vez indagan en la basura de la guerra de Iraq denunciando el negocio privado que algunos han montado con la invasión, aportando mercenarios que hacen el trabajo sucio, bien pagados, mientras que los gobiernos se lavan las manos de las muertes y torturas que estos cometen, evitando el coste político de esas masacres en lugar de llamar a las cosas por su verdadero nombre.
El film tiene un guion con una estructura demasiado engorrosa que convierte la investigación del protagonista en un thriller con abundancia de entrevistas y diálogos en los que es difícil identificar a los personajes aludidos lo que hace que con frecuencia el espectador se pierda y no logre seguir el hilo.
Cinta dura llena de desesperanza en torno a las atrocidades cometidas bajo la licencia oficial para ocasionar esas matanzas.
Ken Loach pone buenas intenciones en la denuncia, con una visión bastante negativa que a veces se hace reiterativa, al mismo tiempo esto hace que le falte un poco de intensidad narrativa en la descripción de los hechos, sin muchos matices, aunque la crítica esté bastante fundamentada en torno a la intervención del Reino Unido en el conflicto bélico de Iraq.
Hace alguna que otra concesión en la relación sentimental del protagonista que se hace cada vez más evidente y convencional.
Los actores, no muy conocidos, se acoplan bien a sus personajes.
En definitiva una denuncia a la intervención privada en la guerra y el negocio que en torno a ella algunos tienen montado para su enriquecimiento personal a costa de la muerte de inocentes con la excusa de imponer la paz y acabar con el conflicto.