Título: | UNA BODA DE MUERTE | |
Tit. Orig.: |
A FEW BEST MEN | |
Nacionalidad: | AUSTRALIA, INGLATERRA, 2011 | |
Dirección: | STEPHAN ELLIOTT | |
Guión: | DEAN CRAIG | |
Fotografía: | STEPHEN F. WINDON | |
Música | GUY GROSS | |
Interpretes: |
XAVIER SAMUEL, KRIS MARSHALL, KEVIN BISHOP, TIM DRAXL, ELIZABETH DEBICKI, LAURA BRENT, OLIVIA NEWTON-JOHN, JONATHAN BIGGINS, STEVE LE MARQUAND, REBEL WILSON |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 97 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Las bodas han dado bastante juego a los cineastas actuales para hacer comedias, unas veces de forma elegante y otras en plan grosero como es el ejemplo que nos ocupa, "Una boda de muerte", que ha supuesto la vuelta del director australiano Stephan Elliott a su país natal en el que se dio a conocer con su segunda película, "Las aventuras de Priscilla reina del desierto" (1994), tras la cual se marchó fuera para hacer otros títulos como "Ojos que acechan" (1999) o "Una familia con clase" (2008).
David, tras pasar unas vacaciones veraniegas en Australia, se enamora de Mia y al regresar a su país decide casarse en casa de ella y que le acompañen como padrinos su amigos Tom, Graham y Luke, que tratarán de pasarlo lo mejor posible, lo que dará origen a que la boda se convierta en un auténtico desmadre y todo un completo caos la ceremonia y el banquete nupcial.
Todas las gamberradas que ocasionan los amigos es lo que constituye el guion de esta comedia llena de malentendidos y despropósitos que ponen en peligro no sólo la elegante boda sino también la carrera política del pudiente padre de la novia que aspira a ser elegido senador, para lo que tiene como mascota a un enorme carnero que será motivo de burla y travestismo por parte de los padrinos del novio, que lo convierten en el protagonista de la escena más escatológica de todo el film.
El guionista Dean Craig, que dio con una fórmula de éxito con "Un funeral de muerte" (2007) dirigida por Frank Oz y que también se ocupó de escribir el guión del remake que hizo Neil LaButte en 2010, repite el mismo esquema que aplica esta vez a una boda.
Stephen Elliott se acopla a la moda de las comedias gamberras en las que abundan la escatología, el sexo, las palabras mal sonantes, las escenas groseras auténticamente asquerosas, provocadas por los inmaduros y locos amigotes del novio, influidos los efectos del alcohol y las drogas, que meten la pata constantemente en grotescas situaciones increíbles.
El guion más que diseñar unos personajes hace una auténtica caricatura de los mismos en un argumento previsible a juzgar por las comedias que hemos visto en los últimos tiempos parecidas a ésta, por lo que es fácil adivinar lo que va a ocurrir en cada nueva ocasión.
De todo el reparto sobresale la alocada y divertida actuación de Oliva Newton-Jones que vuelve a actuar en una producción australiana en la que incluso canta la canción de los títulos de créditos finales.