Título: | MONEYBALL (ROMPIENDO LAS REGLAS) | |
Tit. Orig.: |
MONEYBALL | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | BENNETT MILLER | |
Guión: | STEVE ZAILLIAN, AARON SORKIN. Basados en el argumento de STAN CHERVIN basado en la novela "Moneyball. The art of winning an unfair game", escrito por MICHAEL LEWIS | |
Fotografía: | WALLY PFISTER | |
Música | MYCHAEL DANNA | |
Interpretes: | BRAD PITT, JONAH HILL, PHILIP SEYMOUR HOFFMAN, ROBIN WRIGHT, CHRIS PRATT, TAMMY BLANCHARD, JACK McGEE, NICK SEARCY, GLENN MORSHOWER | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 128 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El cine se ha ocupado con alguna frecuencia del mundo del deporte en sus muchas facetas y juegos diferentes, pero por lo general sus películas no han sido muy comerciales, salvo honrosas excepciones. En parte porque determinados deportes no son muy populares, como ocurre en este caso que comentamos con el béisbol en nuestro país.
El director Bennett Miller, que llamó la atención con su film "Capote", se basa en la historia real incluida en el libro "Moneyball: The Art of Winning an Unfair Game", escrito por Michael Lewis, un corredor de bolsa aficionado al deporte, que resulta inadaptable, lleno de cifras y esquemas, con el que han hecho maravillas los guionistas.
Cuenta la vida de Billy Beane que tras ser una fallida promesa del béisbol se convirtió en manager de un equipo modesto, los Oakland's Athletics, que tenía que competir con los grandes con un presupuesto que era la tercera parte de ellos.
En la temporada 2002 se quedó sin sus mejores jugadores que se llevaron los clubs poderosos y tuvo que buscar sustitutos casi sin dinero e inventarse unos campeones extraídos de la nada a base de imaginación y audacia.
La solución estaba en hallar recursos fuera de ese mundo y los encontró en el joven economista de Yale, Peter Brand, muy aficionado a las estadísticas, que había hecho un estudio del rendimiento de ciertos jugadores desechados por los grandes por causas ajenas al juego, pero con habilidades poco valoradas, que eran baratos, y así sorprendió a los demás clubs, a los críticos y a los propios ojeadores que en principio estaban en contra.
Algunos títulos que hasta ahora habían tratado el mundo del béisbol, caso del mítico "El orgullo de los yanquis" (1942), de Sam Wood, o más recientemente "El mejor" (1984), de Barry Levinson, y "Campo de sueños" (1989), de Phil Alden Robinson, lo hicieron con esquemas clásicos, centrándose en el juego para acabar con el partido del triunfo final.
"Moneyball" es la historia de David contra Goliat contada por dos grandes guionistas, Steven Zaillian y Aaron Sorkin, que hacen una radiografía de los entresijos de ese deporte, de sus interioridades, de los problemas económicos y de la lucha humana de las personas que están detrás de los jugadores que se llevan toda la fama y el dinero de los contratos millonarios.
Es el conflicto de este hombre que tras fracasar en el campo de juego triunfa en un despacho, confiando en los números y las estadísticas, dándole al negocio un aire innovador, y a los jugadores infundiéndoles afán de superación, disciplina, sacrificio y fe en la victoria.
También se nos dan unas pinceladas de su vida personal, de su divorcio y de sus contactos con su hija, que le da fuerza y ánimos para seguir en la lucha y no dejarse vencer.
En este sentido no es una cinta de deportes al uso, es un drama perfecto y comprensible, con el béisbol como telón de fondo, por eso no hace falta entender sus reglas, porque apenas aparecen unas escenas sueltas que no tienen continuidad ya que poco importan puesto que sólo sirven para ilustrar.
A veces el argot se nos hace indescifrable pero a pesar de ello resulta entretenida, porque tiene tensión, diálogos inteligentes e interesa lo que se cuenta de manera medida y sintiendo las relaciones y motivaciones de los personajes principales a través de los que conocemos el béisbol como negocio, donde se ficha a un jugador o se da de baja a otro de la noche a la mañana, se compran, se venden, se cambian a veces de forma deshumanizada como si fueran cromos.
Brad Pitt le da sinceridad a su personaje haciendo uno de los mejores trabajos que le recordamos, por el que está nominado al Oscar, al igual que su compañero Jonah Hill en un papel diferente al de las comedias zafias a que nos tenía acostumbrados.
La película tuvo cuatro nominaciones a los Globos de oro y no ganó ninguno. Está nominada a siete Oscar y a tres Bafta del cine británico, a ver si hay más suerte, méritos tiene.