Título: | FAUSTO | |
Tit. Orig.: |
FAUST | |
Nacionalidad: | RUSIA, 2011 | |
Dirección: | ALEXANDER SOKUROV | |
Guión: | ALEXANDER SOKUROV, MARINA KORENEVA. Basados en la novela de YURI ARABOV | |
Fotografía: | BRUNO DELBONNEL | |
Música | ANDREI SIGLE | |
Interpretes: | JOHANNES ZEILER, ISOLDA DYCHAUK, HANNA SCHYGULLA, ANTON ADASINSKY, GEORGE FRIEDRICH, FLORIAN BRÜCKNER, MAXIM MEHMET | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MANORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 134 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Del veterano director ruso Alexander Sokurov, a pesar de tener más de cuarenta títulos en su larga filmografía, únicamente conocemos en España "El arca rusa" (2002) y "Aleksandra" (2007) que para el que esto firma no son ninguna obra maestra, a pesar de los premios obtenidos al igual que la que comentamos.
Su cine es muy de autor, para intelectuales y cinéfilos, adicto a los festivales donde suele encandilar a los jurados y obtener premios, como pasó con "Fausto" (2011) que ganó el León de oro y el Premio Signus en la Mostra de cine de Venecia, lo que levantó bastante polémica, y el premio a la mejor dirección artística en el certamen de Gijón.
"Fausto" se basa en el libro escrito por Yuri Arabov que a su vez trata sobre el mito de Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe, de forma bastante libérrima.
Con esta nueva película Sokurov cierra la tetralogía que con anterioridad había filmado sobre el poder con las títuladas "Molock" (1999) sobre el poder de Adolf Hitler, "Telets" (2000) sobre el de Vladimir Lenin y "Solntse" (2005) sobre el del emperador japonés Hirohito, todos ellos encaminados a conseguir cada vez más poder.
Con este cuarto film pretende hacer una metáfora o reflexión metafórica muy personal de todos ellos, al ser éstos personas reales mientras que Fausto es un personaje de ficción, sobre el que se puede permitir especular más.
Este su particular "Fausto", a diferencia del de Goethe, vende su alma para librarse de ser mortal y tener un poder absoluto, con la ayuda del demonio.
Sokurov hace su Fausto y le da su propia personalidad, se olvida de poderes sobrenaturales, con un diablo que da lástima, no emplea efectos especiales, sino que lo hace realista y lo sitúa en un paisaje diríamos que medieval, grotesco, fotografiado con colores fríos, desvaídos, verdosos, apagados, monocromáticos, con planos inclinados y a veces deformando la imagen, que no acabamos de descifrar cual es su pretensión.
Lo que sí resulta tangible es el ritmo lento de que dota a la cinta capaz de aburrir al espectador más paciente con escenas que se desvían del argumento, que lo único que hacen es alargarlo sin justificación, logrando así una obra difícil que deja de cumplir el fin para el que se hace el cine, que es cerrar el círculo entre el creador (director) y el receptor que es el público, porque no le llega, no la comprende, por muy experto que sea en literatura y en cine, por su extraordinaria complejidad.
A todo ello se suma un exceso de diálogos que tampoco ayudan a facilitar su entendimiento, su falta de coherencia, al ser una película que resulta pretenciosa, tediosa que invita sin duda al bostezo y el aburrimiento.