Título: | LA MONTAÑA RUSA | |
Tit. Orig.: |
LA MONTAÑA RUSA | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2011 | |
Dirección: | EMILIO MARTÍNEZ LÁZARO | |
Guión: | EMILIO MARTÍNEZ LÁZARO, DANIELA FEJERMAN | |
Fotografía: | TEO DELGADO | |
Música | ROQUE BAÑOS | |
Interpretes: | VERÓNICA SÁNCHEZ, ALBERTO SAN JUAN, ERNESTO ALTERIO, LUIS BERMEJO, AYANTA BARILLI, NATALIA RODRÍGUEZ, ARA MALIKIAN, JORGE CLEMENTE, SARA MARTÍN | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MANORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 106 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Al madrileño Emilio Martínez Lázaro podríamos considerarlo como un director de comedias, ya que la mayoría de sus películas se centran en ese género con ligeras variantes. Tan solo en tres ocasiones se ha salido de él, en el largometraje de su debut, "Las palabras de Max" (1978) y ya en el nuevo siglo con "La voz de su amo" (2001) sobre el tema del terrorismo y "Las 13 rosas" (2007) con la memoria histórica y la guerra civil española.
Hay que decir que siempre da la misma nota, sus films son aceptables sin apenas altibajos, no suele fallar y se puede ver su cine con la tranquilidad de que no defraudará por lo general, siempre con una calidad media, asegurando al menos la diversión y el entretenimiento.
Con "La montaña rusa" vuelve a la comedia, esta vez sobre el tema del sexo visto desde el ángulo femenino, para lo que cuenta en el guión con la ayuda de Daniela Féjerman.
Ada es una joven violinista para la que la máxima emoción de su vida la obtuvo en la atracción ferial de la montaña rusa y en el sexo no encuentra ningún atractivo, hasta que conoce a dos hombres: Luis, un presentador de televisión, y Lorenzo, un payaso, ambos antiguos compañeros del colegio a los que apenas si reconoce de entrada.
Se enamora de ambos, ya que se complementan. Uniendo las características de uno y de otro formarían el hombre ideal para ella, por lo que no sabe por cual decidirse.
De esta manera el típico triángulo amoroso de cualquier comedia que se precie está formado, la cuestión es encontrar la fórmula para sacarle partido ya que en este caso no llega a la frescura que consiguió con "El otro lado de la cama" (2002) y "Los dos lados de la cama" (2005) con cuyos títulos renovó el género dotándolo además de las canciones, lo que le daba cierta originalidad al musical español.
Aquí el guion resulta escaso, casi una anécdota, que se alarga y estira demasiado, lo cual hace que los encuentros se repitan, se reiteren y lleguen a no ser atractivos, originales, ya que por otra parte tampoco producen momentos de una gran comicidad, ni igualmente profundidad en los problemas que se generan como la amistad, la infidelidad, la falta de compromiso o la infelicidad.
Los personajes no están bien definidos, lo que hace que los actores se esfuercen por darles cuerpo y personalidad. Ello se compensa con el acierto en la elección del triángulo protagonista al que le da frescura Verónica Sánchez en esta guerra de sexos sin que llegue la sangre al río.