Título: | 54 | |
Tit. Orig.: |
STUDIO 54 | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1998 | |
Dirección: | MARK CHRISTOPHER | |
Guión: | MARK CHRISTOPHER | |
Fotografía: | ALEXANDER GRUSZYNSKI | |
Música | MARCO BELTRAMI | |
Interpretes: | RYAN PHILLIPPE, MIKE MYERS, SALMA HAYEK, BRECKIN MEYER, NEVE CAMPBELL, SELA WARD | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: | 95 MINUTOS |
---|
Por PACO CASADO
Los años finales de la década de los sesenta fueron bastante fructíferos para la cultura en muchos campos de la misma, entre otros de la música, que fue posteriormente degenerando hasta llegar, diez años después, a desembocar en la música disco que inundaba de ritmos las discotecas de todo el mundo.
La más famosa de ese período fue Studio 54, en el corazón de Manhattan, creada en abril de 1997 por Ian Schraeger y Steve Rubell, que hizo furor por el ambiente libertino que se vivía en su interior, donde corría la cocaína y el sexo se practicaba de forma liberal.
Multitud de famosos acudían a diario, los restantes que accedían al local eran seleccionados por Rubell, que se convirtió en el relaciones públicas, mientras su socio llevaba las finanzas.
Su éxito duró hasta noviembre de 1.979 en que se cerraron sus puertas por problemas fiscales y los propietarios fueron a la cárcel.
Abrieron de nuevo después, al terminar las condenas, pero ya no fue lo mismo y el cerrojazo definitivo lo dio en 1986.
Esto es lo que se trata de contar en esta película a través del relato de ficción que cuenta uno de los camareros.
El chico desea ascender y convertirse en famoso, lo propio que hace un compañero y su mujer que se ocupa del guardarropa, que quiere ser cantante, así como una actriz de telenovelas que intenta convertirse en una gran estrella.
Si la discoteca fue importante a la hora de crear una cultura de la noche y un modo de vida, más interesante era la biografía de Steve Rubell, que con su personalidad impuso tantas cosas, para bien o para mal, y que en el film queda como un personaje secundario, dando primacía al protagonista de ficción creado para que sea el hilo conductor de lo que se quiere contar.
Un estudio profundo y detenido de esos años tendría más interés que esta especie de documental adobado con cuarenta temas musicales de la época, la mayoría de los cuales pasan desapercibidos.
Igual ocurre con las actuaciones de Salma Hayek y de Neve Campbell, a las que no les saca partido este novato y desconocido director, Mark Christopher, responsable también del flojo guión, que hace con esta cinta su fallida ópera prima.