Título: | LA TRAMA | |
Tit. Orig.: |
THE SPANISH PRISONER | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1997 | |
Dirección: | DAVID MAMET | |
Guión: |
DAVID MAMET |
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Fotografía: | GABRIEL BERISTAIN | |
Música | CARTER BURWELL | |
Interpretes: | BEN GAZZARA, FELICITY HUFFMAN, RICKY JAY, STEVE MARTIN, REBECCA PIDGEON, CAMPBELL SCOTT | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 109 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Analizando la breve filmografía como director de David Mamet se puede decir que se ha convertido en digno sucesor del mago del suspense, Alfred Hitchcock.
"Casa de juegos" (1987), "Las cosas cambian" (1988), "Homicidio" (1991), "Oleanna" (1994), (que no se ha visto en España) y "La trama" (1997), lo confirman.
Una vez más, como ya lo hacía en su primera película, las cosas no son lo que aparentan.
El inteligente dramaturgo y guionista, confecciona un argumento que comienza como si fuera una comedia, que se desarrolla en un lugar de una isla tropical, y poco a poco va conduciendo al espectador por los caminos que le interesa, dejándole llegar hasta donde cree que es conveniente, para engañarle finalmente como le ocurre al protagonista de la historia.
Un empleado de una empresa ha ideado un procedimiento que es muy rentable y los dirigentes de la misma no quieren dejarlo escapar. Su propia ambición le va a llevar a desconfiar de todos, hasta de sus amigos o del FBI.
Como ya ocurría en "Casa de juegos" (1987), Mamet confecciona un minucioso guión basado en la sorpresa, muy en su línea, que al igual que en aquella nadie es quien aparenta, con una intriga perfecta, como en las obras más clásicas del género, sabiendo sacar misterio hasta de las situaciones más inocentes.
Nos da los detalles que él cree necesario para que progrese el suspense y despeja el argumento de todo lo que no es fundamental.
Se apoya en los temas habituales de sus obras: la ambición, la traición, el desengaño, la inseguridad, la desconfianza.
Crea la incógnita que atenaza al espectador hasta el final mediante el mecanismo adecuado, que domina a la perfección, como buen jugador de póker que es.
Aquí no hace más que volver a poner en funcionamiento los trucos de su perfecta Casa de juegos y los rodea de la atmósfera de misterio necesaria para crear el clima apropiado.
Si todo ello lo hace a su estilo, con una puesta en escena personal e intransferible, con su peculiar manera de planificar y maneja con eficacia el combinado de actores a base de la pareja Campbell Scott y Rebecca Pidgeon como protagonistas, respaldados por la veteranía de Ben Gazzara y el sorprendente Steve Martin, tenemos el cóctel perfecto, al que tan sólo hay que poner la guinda de la buena fotografía y la música propicia.