Título: | WOOCHI, CAZADOR DE DEMONIOS | |
Tit. Orig.: |
WOOCHI | |
Nacionalidad: | COREA DEL SUR, 2009 | |
Dirección: | DONG-HUN CHOI | |
Guión: |
DONG-HUN CHOI |
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Fotografía: | YEOUNG-HWAN CHOI | |
Música | YOUNG-KYU JANG | |
Interpretes: |
KANG DONG-WON, KIM YUN-SEOK, LIM SU-JEONG, JU JIN-MO, YUM JUNG-AH, KIM HYO-JIN, BAEK YUN-SHIK, YU HAE-JIN |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 130 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
En los últimos tiempos están llegando algunas producciones de una cinematografía tan desconocida por las pantallas españolas como la de Corea del Sur, que nos está descubriendo algunos productos interesantes, no sabemos si es que está bien hecha la selección y se eligen únicamente las mejores de entre las pocas que se importan o si es que estos creadores tienen habitualmente esa misma calidad en todas las películas que realizan.
La presente nos ha llegado gracias a su participación en el Festival de cine fantástico y de terror de Sitges 2010, donde está muy bien encajada por el carácter y el argumento de este film, que en su país fue uno de los de más recaudación, cercana a los 40 millones de dólares con casi 6 millones de espectadores.
Hace cinco siglos, en la Corea feudal, los dioses se enfrentaron a los demonios por la posesión de una flauta mágica que les daría el poder. Un mago llamado Woochi peleará contra los demonios para recuperarla, pero la lucha llega hasta nuestros días donde siembran un auténtico caos sorprendiendo con sus poderes a los humanos. Woochi tendrá que hacer uso de sus talismanes que le dan la fuerza para vencer finalmente a sus enemigos.
La cinta, por el título, se espera el espectador otra cosa y sin embargo sorprende gratamente por la fantasía que desarrolla en su argumento que comienza hace quinientos años y acaba en la Corea actual, lo que supone un cierto contraste, el mismo que consigue mezclando la magia, la leyenda, la acción, las artes marciales, la comicidad, el romance amoroso, la aventura y los efectos especiales, bastante logrados.
Todo esto hace que se lleven bien las dos horas largas de metraje, aunque en algunos momentos resulte reiterativa, siendo más cómica en la parte final en la que los personajes de una lejana época que se asombran ante los adelantos modernos, como ocurría en "Los visitantes, de Jean-Marie Poiré, sin abusar.
El guion usa los saltos atrás con bastante asiduidad cuyos personajes igual salen de una pintura hecha en un pergamino que los sitúa en la época medieval o frente los luminosos escaparates de una ciudad moderna, lo que a veces confunde al espectador en qué momento de la historia se encuentra la acción.
Tanto en una parte como en otra la película está muy bien ambientada, tiene ritmo en todo momento, con un montaje ágil y dinámico, con fluidez narrativa, para acompañar la acción de los protagonistas y con una fotografía muy luminosa.
El espectador disfruta con la simpatía de Kang Dong-woo y con la belleza de Lim Su-jeong.
Un film entretenido, realizado con bastante dignidad, que nos da a conocer una cinematografía como la coreana de la que no tenemos muchas ocasiones de disfrutar y en ésta así ocurre.