Título: | EL GRAN MILAGRO | |
Tit. Orig.: |
EL GRAN MILAGRO | |
Nacionalidad: | MÉXICO, 2011 | |
Dirección: | BRUCE MORRIS | |
Guión: |
LUIS DE VELASCO M. |
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Fotografía: |
RAFAEL RIVERA GAMINO |
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Música |
MARK McKENZIE |
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Interpretes: |
Animación |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 70 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El director norteamericano Bruce Morris hizo un corto en 1995, una serie de televisión en 2006 y ahora debuta en el largometraje de animación con 'El gran milagro' (2011) tras haber escrito argumentos y guiones para películas de Hollywood de este género como 'Basil, el ratón superdetective' (1986), 'Pocahontas' (1995) o 'Hércules' (1997), y trabajar en los departamentos artísticos de 'La sirenita' (1989) o 'Jack el caza gigantes' (2013).
Cuenta la historia de tres personajes en crisis cuyas vidas se entrelazan en un determinado momento encontrando un oasis de paz en medio de su dolor.
Mónica, una joven madre viuda que ha de sacar adelante a su hijo de nueve años al que no hace mucho caso mientras él quiere estar más tiempo con ella. Don Chema, un conductor de autobús, que atiende poco a su familia embebido en su trabajo para sacarlos adelante, cuyo hijo, enfermo de cáncer, está en coma y en peligro de muerte. Y Doña Catalina, una ancianita que entiende que su misión en esta vida ha terminado, se escapa de casa para poder ir a misa mientras los suyos están preocupados en su ausencia.
Todos ellos coinciden en la misma iglesia escuchando misa y exponiendo a Dios sus problemas ayudados por los ángeles de la guarda respectivos que les hacen comprender y cambiar sus comportamientos enseñándoles el significado del sacrificio de la misa, de la lucha entre el bien y el mal, el triunfo de la fe y la esperanza en Dios.
La película resulta en exceso elemental, sentimental, demasiado didáctica y fervorosamente religiosa, exponiendo las cuestiones de forma evidente, representando el mal con demonios y el bien con los ángeles.
El adoctrinante guion elige el desarrollo de la misa como hilo conductor del argumento apoyándose en algunas de sus partes que le sirven para lo que se propone, en plan didáctico, ya que a veces parece un sermón, impulsándonos a hacer el bien, más que el desarrollo de un film que descuida la calidad de los dibujos algo toscos y tristes, poco imaginativos, en favor de su mensaje evangelizador.
Hay que destacar la realización técnica, a pesar de la elementalidad de los medios a su disposición, con estupendos movimientos de cámara, aunque el diseño de personajes por ordenador sea a veces demasiado elemental en cuanto a sus movimientos y expresiones.
Otro de sus valores es la inspirada partitura musical del norteamericano Mark McKenzie que a la manera tradicional inunda toda la banda sonora de la cinta. A lo largo del desarrollo se deja entrever el mensaje de "El dolor debe ser compartido para ser comprendido". Cinta claramente dirigida a los seguidores de la fé católica de gran significado cristiano.