Título: |
PAJAROS MUERTOS |
Título original: |
PAJAROS MUERTOS |
Nacionalidad: |
ESPAÑA de 2008 |
Dirección: | GUILLERMO y JORGE SEMPERE |
Guión: | GISELA BENENZON y GORKA ESTEBAN |
Fotografía: |
ANGEL YEBRA |
Música: |
LARRY GARCIA |
Interpretes: |
SILVIA MARSÓ, EDUARDO BLANCO, CLAUDIA FONTÁN, ALBERTO JIMÉNEZ, MANUEL GANCEDO e INÉS ALDEA MORENO |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS |
Duración: |
89 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Estamos ante una película típica de debutantes y así lo hacen los dos directores, que son primos, e igualmente los guionistas, que nos cuenta una increíble historia en esta amarga comedia negra sobre las falsas apariencias sociales.
En la urbanización de lujo Los pájaros vive el matrimonio compuesto por Berta y Esteban con sus hijos Oliver y Lucía e igualmente sus vecinos, argentinos, Mónica y Hugo y sus hijos Greta y Renata. Estos últimos están arruinados pero aparentan que su hija mayor está en Nueva York perfeccionando el inglés y que cuando vuelva se irán de vacaciones al extranjero.
La aparición de un pájaro muerto en la calle del Mirlo, un hecho banal, les mete el miedo en el cuerpo, como si de una plaga se tratara. Mientras, sus vidas transcurren en la quietud del caluroso y asfixiante verano encerrados en la burbuja de su urbanización, aislada del mundo exterior, cuya armonía del idílico paraíso se rompe con ese nimio suceso.
El intrascendente hecho es el detonante de una serie de acontecimientos que minan la aburrida existencia de los vecinos.
Si el film pretende hacer reír no lo consigue a no ser por las extravagancias de estas familias, con la caricatura de sus pijos personajes, siempre pensando en la moda, en aparentar lo que no son ni tienen, en el sexo, ante el desamor matrimonial que llevan a cabo en unas vidas sin sentido y sin atractivo.
Esta historia, que es una sátira hilada con un humor tan sutil que no es eficaz, resulta tan artificial como los banales personajes que la protagonizan, que critica la sociedad y la hipocresía del moderno y desarrollado mundo actual.
La realización poco contribuye con la puesta en imágenes a despertar un mayor interés, mientras que los actores hacen lo que pueden con sus absurdos y ridículos personajes, tan poco creíbles como manido es su argumento, que muestra las grietas internas de la sociedad.