Título: | DIAZ, NO LIMPIÉIS ESTA SANGRE | |
Tit. Orig.: |
DIAZ, DON'T CLEAN UP THIS BLOOD | |
Nacionalidad: | ITALIA, FRANCIA, RUMANÍA, 2012 | |
Dirección: | DANIÉLE VICARI | |
Guión: |
DANIÉLE VICARI, LAURA PAOLUCCI, ALESSANDRO BANDINELLI, EMANUELE SCARINGI |
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Fotografía: |
GHERARDO GOSSI |
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Música |
TEHO TEARDO |
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Interpretes: |
CLAUDIO SANTAMARIA, JENNIFER ULRICH, ELIO GERMANO, FABRIZIO RONGIONE, MATTIA SBRAGIA, RENATO SCARPA, ANTONIO GERARDI, PAOLO CALABRESI |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 120 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Hay películas que de forma documental filman hechos ocurridos en esos momentos y otras que reproducen, lo más fiel posible, los mismos.
Así ocurre en esta ocasión con 'Díaz, no limpiéis esta sangre' (2012). El título recoge la frase que una chica escribió en un gran papel y colocó en una ventana pidiendo que no se alterara el escenario de lo que fue una auténtica masacre ocurrida en el colegio Díaz-Pascoli, de Génova, donde se encontraba instalado el Centro de Prensa del Foro Social, en la noche que terminaba la reunión del G8, que tuvo lugar del 20 al 22 de julio de 2001, en la que unos 300 policías asaltaron dicha escuela donde pasaban la noche un grupo de 90 activistas, la mayoría estudiantes europeos, junto con algunos de los periodistas enviados a cubrir el evento político de la citada reunión.
Su único delito fue manifestarse, en los días precedentes, en contra de las posibles decisiones a tomar por los representantes políticos allí reunidos, lo que originó algunos altercados públicos y destrucción de inmuebles de la ciudad y de varios establecimientos.
Los policías se ensañaron con violencia calculada golpeando indiscriminadamente a estas personas que, con las manos en alto, se entregaban pacíficamente, pero sin atender a razones, se ensañaron sádicamente contra ellos agrediéndoles sin tener en cuenta sexo o profesión.
El film recoge estos hechos según la versión de la policía, las declaraciones de los manifestantes, las víctimas y los periodistas que estaban presentes, que también sufrieron esa violencia. Entre las víctimas hubo un muerto: Carlo Giuliani.
Al final, en los créditos se recoge cómo fueron castigados algunos de los culpables que se logró identificar, aunque determinados juicios aún siguen abiertos.
La inclusión de imágenes reales extraídas de documentales de esos momentos dan testimonio de la veracidad de que lo que se reproduce con exactitud.
Hay escenas verdaderamente vejatorias en los interrogatorios en las que se desnudan a mujeres y otras haciéndoles arrastrarse como un perro al tiempo que eran golpeadas con porras o negándoles una simple compresa.
El portavoz de la policía trató de enmascarar los hechos aludiendo a que las lesiones provenían de situaciones pasadas y que allí se había establecido una especie de hospital para curarlos, nada más lejos de la verdad y más cercano a una gran hipocresía.
Los detenidos fueron acusados de resistencia a la autoridad, de pillaje y de posesión de armas, que habían puesto exprofeso los policías para acusarlos de delitos graves.
El guion no tiene otro argumento que lo antes expuesto, ya que prácticamente se trata de un documental, aunque con algunos protagonistas que sirven de guía.
En ciertos momentos las imágenes se repiten tomadas desde otro ángulo, lo que se hace reiterativo y se podía haber aligerado el exceso de metraje. Su didactismo y su sentido propagandístico se le puede volver en contra de su valor como documento, porque en ningún momento se nos cuenta la ideología de los manifestantes, ni los motivos exactos que tuvo la policía para cargar contra ellos de esa manera, violando además los derechos humanos.
El cine político nunca tuvo un largo recorrido por lo que intuimos que su impacto comercial será corto.
La cinta pasó por la sección Panorama del Festival de Berlín. En la Seminci de Valladolid ganó el Premio del público. También logró tres Nastro d'argento: a montaje, producción y sonido del Sindicato de periodistas italianos.