Título: | EL BAUTIZO | |
Tit. Orig.: |
CHRZEST | |
Nacionalidad: | POLONIA, 2010 | |
Dirección: | MARCIN WRONA | |
Guión: |
DARIUSZ GLAZER, GRZEGORZ JANKOWSKI, GRAZYNA TRELA. Basados en un hecho real |
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Fotografía: |
PAWEL FLIS |
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Música |
MARCIN MACUK |
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Interpretes: |
WOJCIECH ZIELINSKI, TOMASZ SCHUCHARDT, NATALIA RYBICKA, ADAM WORONOWICZ, MICHAL KOTERSKI, SLAWOMIR ROKITA, ZBIGNIEW KONOPKA, ANDRZEJ FRANCZYK |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 86 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Michal posee un apartamento de lujo en Varsovia, tiene un próspero trabajo, está casado con Magda, es feliz en su matrimonio, ha tenido una hija que va a bautizar y desea que su amigo Janek, que acaba de regresar, sea el padrino.
Ambos tienen un oscuro pasado en común que aún pesa sobre Michal lo que hará que con la llegada de Janek su vida vaya a cambiar totalmente, por lo que tendrá que tomar una decisión a vida o muerte, ya que los mafiosos con los que tuvo contacto en su momento consideran que los traicionó y lo estorsionan.
No es frecuente que lleguen a las carteleras españolas películas polacas ya que no son muy comerciales para el gran público de las multisalas, pero es una pena ya que como se demuestra con ésta que comentamos, esa cinematografía siempre ha tenido un buen nivel medio de calidad de todas sus producciones.
El guion de este drama polaco con tintes de thriller está inspirado en una historia real de un hombre que cometió un delito en su pueblo y se marchó a Varsovia con la esperanza de que se olvidara todo y cambiara su suerte, y aunque su pasado delictivo pesa sobre él, ya que un mafioso le tiene cogido, tratará de salvar a su familia.
El guionista no se anda por las ramas, sino que cuenta el relato de forma lineal, tras un prólogo con unas pinceladas del pasado.
Se trata del segundo largometraje del joven realizador Marcin Wrona, director polaco, que ya con su ópera prima 'Moja krew', un drama pugilístico, participó en el Festival de Roma y con esta segunda compitió en el Festival de San Sebastián 2012 en la sección Zabaltegui de Nuevos realizadores.
El film consiguió el Premio Águila del cine polaco al mejor actor de reparto para Adam Woronowicz.
Esta cinta parece querer decirnos que el pasado siempre influye o tiene consecuencias que terminan marcando el presente y el futuro, pero debemos ser libres de poder elegir la senda por la que marchar, aunque en esos ambientes en que se desenvolvieron los protagonistas, la redención se hace difícil de conseguir.
La película está bien llevada por el novato realizador, que muestra buenas maneras, con el ritmo adecuado para esta historia de lealtad y amistad, salpicada por algunos fogonazos de violencia, que nos llega con una fotografía nítida que retrata la acción de forma impecable.
Posee un trabajo bastante ajustado del trío de actores protagonista.