Título: | SOLO EL VIENTO | |
Tit. Orig.: |
CSAK A SZÉL | |
Nacionalidad: | HUNGRÍA, ALEMANIA, FRANCIA, 2012 | |
Dirección: | BENEDEK FLIEGAUF | |
Guión: |
BENEDEK FLIEGAUF |
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Fotografía: |
ZOLTÁN LOVASI |
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Música |
BENCE FLIEGAUF, TAMÁS BEKE |
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Interpretes: |
KATALIN TOLDI, LAJOS SÁRKÁNY, GYÖNGYI LENDVAI, GYÖRGY TOLDI, GYULA HORVÁTH, GERGÓ KASZÁS |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 94 MINUTOS |
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Por JOSÉ MONTESINOS
Cada vez con más frecuencia la distribución española de largometrajes estrena en nuestro país cintas de cinematografías menores que años atrás tan sólo se podían ver en festivales.
La que nos ocupa pertenece a Hungría, un país del que apenas se han visto películas en nuestras carteleras. Corresponde al director Benedek Fliegauf, que con seis largometrajes en su filmografía es éste el primero que logra llegar a nuestras pantallas.
Para la ocasión se ha fijado en un hecho real ocurrido en su país en 2008 cuando se cometieron una serie de actos violentos en los que se atacaron 16 casas y se asesinaron a seis personas, gitanas todas ellas. Esto es precisamente lo que narra el film, el brutal ataque a una de estas familias.
La cinta arranca en un día cualquiera para presentarnos al completo cómo vive una de estas familias, así la madre marcha temprano a trabajar en la limpieza de los bosques, ya que el padre se encuentra en Canadá. La hija, una adolescente, va al colegio, mientras el hijo menor se dedica a deambular por el bosque y el abuelo, paralítico, es el único que se queda en casa.
No busquen más en esta historia ya que el guionista y director es lo que nos muestra y lo hace con un argumento en el que apenas encontramos algo de interés que pueda ocurrir a lo largo de la narración, puesto que el punto más álgido lo deja para el final con el ataque a esta familia concreta.
Si el guion que se ha buscado Fliegauf no tiene el más mínimo interés ya que lo único que podemos encontrar en él es la denuncia que hace de unos hechos, todo lo que lo adorna precisamente no nos sirve de mucho, ya que ni vemos emoción, ni cuenta algo en lo que podamos hallar el más mínimo interés.
Simplemente se nos colocan las piezas, en este caso tres personas, en pantalla y la cámara lo único que hace es seguirlas a lo largo de un día completo, con apenas diálogos y cuando los hay son superficiales y sin que aporten nada al desarrollo de la narración.
En el terreno directivo encontramos más de lo mismo, ofreciendo una película excesivamente pausada, donde el espectador se desespera ante un relato tan lineal y superficial, en el que no ocurre absolutamente nada hasta los diez minutos finales.
El film, que ganó el Oso de Plata del Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín de 2012 para Benedek Fliegauf, no sabemos qué es lo que verían éstos para otorgarle dicho reconocimiento. También logró el Premio Face en el Festival de Estambul.