Título: |
LA CRUDA REALIDAD |
Título original: |
THE UGLY TRUTH |
Nacionalidad: |
EE.UU. de 2009 |
Dirección: | ROBERT LUKETIC |
Guión: | KAREN McCULLAH LUTZ, KIRSTEN SMITH y NICOLE EASTMAN |
Fotografía: |
RUSSELL CARPENTER |
Música: |
AARON ZIGMAN |
Interpretes: |
KATHERINE HEIGHL, GERARD BUTLER, CHERYL HINES, BONNIE SOMMERVILLE, BREE TURNER, HOLLY WEBER, NICK SEARCY, ERIC WINTER y JOHN MICHAEL HIGGINS |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS |
Duración: |
93 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Desde hace unos años en que los hermanos Farrelly se quitaron la careta y comenzaron a hacer un tipo de comedia desvergonzada y atrevida, el género ha ido degenerando y ya es difícil encontrar la comedia elegante y sofisticada que tanto éxito tuvo en otros tiempos en el cine americano y en la que había grandes maestros.
Ahora en que las buenas maneras se van perdiendo y la juventud es más liberal, que es a quien va dirigido el cine de hoy día, se están olvidando las buenas formas y así surge una película como ésta en la que Abby Ritchter, productora de un programa de televisión que está perdiendo audiencia, los dueños de la cadena deciden contratar a Mike Chadway, un presentador que trabaja en la competencia, que tiene un consultorio sentimental machista en el que todo lo convierte en sexo y en la forma de comportarse los hombres ante las mujeres.
Inexplicablemente la audiencia sube, aunque las relaciones entre ambos se sitúen en los extremos, ya que ella es una mujer sofisticada, ordenada y controladora, que encuentra solución a todos los problemas, menos a sus fracasos amorosos, mientras que él es todo los contrario, de lenguaje vulgar y maneras zafias.
En cierto sentido no es una comedia romántica al uso, alejada de la cursilería, que retoma la guerra de los sexos y su guión apunta desde el principio cómo terminará esta historia irreverente que trata de mostrar el comportamiento de los sentimientos masculinos y femeninos y cómo conciliar ambos a través del amor.
Una vez más se demuestra que los polos de distintos signos se atraen, aunque sea en un disparatado argumento como éste, en el que mientras que ella derrocha glamour, él rebosa vulgaridad.
Film con cierto picante, desinhibido en lo sexual, con algunos gags divertidos, como el que recuerda el orgasmo de Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally, siempre rozando lo grotesco, con ideas políticamente incorrectas, al que le falta ritmo y le sobra zafiedad.