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CRITICA
Por: PACO CASADO
Charlie Kaufman comenzó como guionista de series de televisión hasta que se pasó al cine con el guion de 'Cómo ser John Malkovich' (1999) al que siguieron otros.
Probó en la dirección con 'Synecdoche, New York' (2008) que según dicen, ya que no se vio en España, fue un fracaso de crítica y público, y ahora se ha pasado a dirigir esta producción por el sistema stop-motion, con un argumento sencillo y lineal.
Michael Stone, respetado autor inglés del libro Permítame ayudarle a ayudarles, es un padre de familia que se dedica a dar conferencias sobre ayuda personal, un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona se vuelve su vida y todo el mundo le parece igual, que sufre una crisis existencial abrumado por la rutina diaria, agobiado por su trabajo y la anodina vida familiar.
Mermado, atormentado, deprimido por su banal existencia, tiene que ir de Los Angeles a Cincinnati a dar una conferencia en una convención para profesionales de la atención telefónica al cliente, que es el tema de su libro, que ayuda a las personas que se ocupan de ese puesto de trabajo.
Durante su estancia en el Hotel Fregoli le llama la atención Lisa Hesselman, su mayor fan, cuya voz le suena diferente, en la que ve un posible escape a su depresiva existencia.
A él todas las voces le suenan igual salvo la de Lisa, lo cual es una anomalía, lo que unido al nombre de ella sale Anoma-lisa. Esa uniformidad de las voces de los restantes personajes, sea hombre o mujer salvo las de Stone y Lisa, confunde en un principio al espectador.
Lisa es una chica tímida, una anomalía dentro de su monótono entorno, que bien podría ser el amor de su vida y está dispuesto a abandonarlo todo para lograr la felicidad con ella... o no.
La historia gestada hace diez años comenzó siendo una obra de teatro en 2005 y terminó por convertirse en un largometraje de animación, realizada en stop-motion, que está muy logrado, tan perfecto en sus movimientos y gestos de los personajes que hay un momento en el que el protagonista, accidentalmente, nos muestra su propia naturaleza para despertarnos del sueño que vivimos con su actuación al creerlo de carne y hueso.
Un relato sobre un mundo que parece real, desde el vestuario de los personajes hasta la ambientación de la habitación del hotel o del bar, que está muy conseguido, dentro del complicado universo del neoyorquino Charlie Kaufman, con un Michael Stone solitario en una breve relación amorosa, incluida una escena de sexo perfecta, en la que posiblemente sea la película más realista o menos surrealista de este director en la que reflexiona sobre la soledad, la melancolía, el miedo, la razón de nuestra existencia, la depresión, el dolor de sus criaturas y la esperanza en solventar esa situación.
Una preciosa y tierna fantasía, un interesante film de animación que hace un recorrido por la noche oscura del alma de este hombre en clave de comedia surrealista, que confirma el lugar que Charlie Kaufman ocupa entre los realizadores norteamericanos independientes y anuncia la llegada de una gran fuerza creativa en la figura del debutante Duke Johnson.
La cinta contiene una conmovedora banda sonora y una empastada fotografía de Joe Passarelli.
Charlie Kaufman, una de las mentes creativas del cine contemporáneo, guionista de 'Cómo ser John Malkovich' (1999), 'Adaptation (El ladrón de orquídeas)' (2002) 'Olvídate de mí' (2004) regresa a la dirección con su primera incursión en el mundo de la animación para contarnos la historia de este hombre que busca escapar de su anodina existencia.
El particular mundo del director se disfraza de stop-motion y se pone al servicio de esta historia hecha al margen de Hollywood en la que toca temas como el amor, el dolor, la soledad y las relaciones humanas.
Kaufman hace un tratado sobre la soledad y una metáfora sobre las relaciones humanas con un tono existencialista, delicado, suave, dulce y al mismo tiempo algo amargo.
Nominada al Oscar y al Globo de oro a la mejor película animada. Premio mejor dirección en el Festival de Austin. Premio del público en el Festival Mill Valley. Premio al impacto creativo y a la dirección en el Festival de Palm Springs. Premio Fipresci en el Festival de Toronto. Dos premios en el Festival de Venecia. Pasó por los festivales de San Sebastián y Sitges.
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