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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las historias reales sobre deportistas siempre han sido un campo abonado para contarlas en la pantalla. Sin ir más lejos ahí tienen el caso del recién fallecido Mohammad Ali, Cassius Clay, cuya vida se ha llevado dos veces al cine 'Yo el mejor' (1977) y 'Alí' (2001), además de otras versiones televisivas y más recientemente el del corredor James Clevelan Owens en 'El héroe de Berlín' (2016) o el del estafador ciclista Lance Armstrong en 'The program (El ídolo)' (2015).
Michael Edwards es el peor saltador de esquí más famoso de la historia del deporte británico. Esta es la vida de un hombre conocido como Eddie el águila en su lucha por lograr cumplir su sueño desde la infancia de llegar a participar en los Juegos Olímpicos, pero al no lograrlo se conformó con los de invierno en Galgary (Canadá) en 1988, convirtiéndose en el primer deportista inglés, desde 1929, que compitió en salto de esquí en las olimpiadas invernales.
Basada en la historia real ficcionada de este deportista, que en la actualidad tiene 53 años, que no tenía las suficientes condiciones físicas como para lograr el objetivo que se había propuesto, y sin embargo en este largometraje se cuenta cómo consiguió ver cumplido su sueño y aunque quedó el último se convirtió en el favorito de los medios de comunicación por su estilo de saltar poco ortodoxo.
En los años 80 este chaval miope, de rodillas débiles, que estaba obsesionado con esa idea, que no destacaba en ningún deporte, descubre que no hay ningún deportista de salto de esquís en su país, Inglaterra, y se propone luchar para lograr representarlo, convirtiéndose en el saltador de esquí inglés más notoriamente tenaz, entusiasta y voluntarioso que encantó al mundo con su hazaña.
Quedó el último, algo que no vamos a descubrir, pero logró cumplir su obsesión a pesar de ser despreciado por el comité olímpico británico.
Casi desconocido en España este deportista pero toda una celebridad en Inglaterra se convirtió en un ídolo del deporte entre lo inspirador y lo ridículo.
Una película que parece sacada de un molde con un desfile de tópicos y lugares comunes, con algunos clichés innecesarios, que hemos visto muchas veces, que destaca por lo extravagante del empeño de Eddie y su reparto, con Hugh Jackman en el papel (inventado) del entrenador Bronson Peary, cuya actuación es de Oscar al lado de la del protagonista.
Film amable, sin dobleces morales, ni sorpresas, sobre este ingenuo pero positivo y optimista personaje que no logra emocionar pero transmite el vértigo en alguna secuencia de saltos.
Una cinta que todo el mundo debería conocer por aquello de hacerse a uno mismo y para aprender del tesón de Eddie, que no decepciona, ya que es un personaje simpático que se transforma, debido a su entrenador que lo convirtió de ser un aspirante a un atleta olímpico con el que se entabla una relación interesante.
Una película entretenida, bien hecha y filmada, con un actor que se parece mucho físicamente al personaje real, que como tal es tan malo como saltando, pero logra salvar las dificultades, que lo tiene todo en contra empezando por el físico y la familia salvo la madre.
Es una historia de superación que gracias al trabajo del guion y los actores logra ser entretenida y espectacular.
La dirección corre a cargo de Dexter Fletcher del que conocemos su film 'Amanece en Edimburgo' (2013, un actor con casi un centenar de títulos interpretados que decidió pasarse a tras la cámara y que hace con 'Eddie el águila' (2016) su tercer largometraje y aunque no llega a lo interesante que resultó el título antes citado, sale airoso del trance.
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