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CRITICA
Por: PACO CASADO
El género americano de psicópatas y asesinos en serie tiene incontables títulos y sigue originado nuevos productos que continúan siendo preferidos por los públicos actuales dado el notable éxito que tienen en las carteleras.
El director del interesante western 'La venganza de Jane' (2016) Gavin O'Connor, cambia de género con una película difícil de encuadrar, una especie de puzzle de géneros muy diferentes, thriller, drama familiar de infancia traumatizada, antihéroe, cine negro carcelario, estudio de personajes y una atípica historia de amor, pero lo complicado es amalgamar todo ello para que sea un film compacto y lo logra en parte consiguiendo que en ningún momento sea aburrido, todo lo contrario.
La historia se centra en torno a Christian Wolff, un contable hábil con los números, un genio matemático, un hombre obsesivo con el orden, con mucha más afinidad con los números que con las personas, pero con carencias sociales, que tiene síndrome de Asperge y es autista pero con una inteligencia superior, que le dificulta la relación con los demás, aunque es el mejor contable, que lleva una doble vida, que mantiene en secreto, pero no es un asesino, no desea ser violento, mata únicamente si es amenazado, y si le atacan reacciona ya que tiene la capacidad de defenderse de manera espectacular al haber sido entrenado en una escuela militar a lo que le obligó su severo padre junto a su hermano, porque al ser "diferente" debido a sus males quería que supiera defenderse y le enseñó artes marciales y a disparar, convirtiéndolo en una máquina de matar.
Wolff lleva las cuentas de algunas de las organizaciones más peligrosas del mundo como cárteles de la droga, traficantes de armas, blanqueadores de dinero, de los mayores delincuentes y asesinos.
Todo comienza cuando Dana Cummings, una joven auxiliar de contabilidad, descubre unas fugas de capital en las cuentas de su empresa, Living Robotics, para la que trabaja, por valor de varios millones de dólares y para resolverla lo llaman a él.
A partir de ahí empiezan a suceder muertes y ambos son perseguidos por organizaciones criminales y asesinos profesionales que no les interesa que las irregularidades sean descubiertas y se descubra a dónde ha ido a parar el dinero y hasta el Departamento de Hacienda americano anda tras ello.
La trama se completa con dos agentes de delitos fiscales del Departamento Jurídico del Tesoro dirigido por Ray King.
La narración tiene un inicio aceptable y aunque no es creíble, sobre todo en la parte final, que es donde acumula prácticamente todas las escenas de acción, sin embargo es muy entretenida y en ningún momento aburre o se mira el reloj, a pesar de su largo metraje y lo complicado de su argumento ya que el guion hay momentos en que no se sabe quién es quién.
El director de 'El milagro' (2004) y 'Cuestión de honor' (2008), Gavin O'Connor, que por cierto a título de curiosidad tiene un hijo autista, hace una aseada y dinámica puesta en escena para una historia algo compleja, con una perfecta fotografía y estupenda música de Mark Isham, aunque el guion, que estuvo dando vueltas por Hollywood algún tiempo, resulta algo desequilibrado.
En el capítulo interpretativo está muy bien Ben Affleck en su serio personaje que en ocasiones parece actuar como si fuera un auténtico robot por su carencia de gestos debido a su dolencia, al que le da una divertida respuesta la pequeña a su lado Anna Kendrick. A demás posee un reparto de estupendos secundarios.
De su trama se desprende un mensaje moral como es el de no marginar a las personas que son diferentes.
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