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CRITICA
Por: PACO CASADO
Narra una historia basada en hechos reales, sobre el escándalo minero conocido como Bre-X Minerals, en el que una empresa aseguraba haber hallado el mayor yacimiento de oro en la selva de Borneo, e involucró a un grupo de compañías canadienses y a accionistas de Wall Street en los años 80 y principio de los 90, que terminó originando una estafa de seis billones de dólares.
Kenny Wells es un hombre de negocios fracasado que hereda de su padre una empresa minera en declive y en un último esfuerzo decide convertirse en explorador y así cambiar su destino.
La película está inspirada en el sueño del protagonista de encontrar oro en Indonesia y para ello crea un negocio de minería en aquellas tierras.
Tras estar al frente de una empresa que vende acciones de minas gestionando lo que queda de ella desde un oscuro pub de pueblo, ve llegada la oportunidad de situarse en la cumbre cuando se alía con Manuel Acosta un conocido geólogo, también en horas bajas, que dice haber encontrado una mina de oro en la inexplorada selva de Indonesia y juntos deciden ejecutar un plan que llevar a cabo.
Después de pasar por múltiples dificultades el éxito parece sonreirles, pero no es oro todo lo que reluce.
Lo que cuenta en definitiva es, una vez más, el sueño americano del triunfador, del hombre hecho a sí mismo, que tras no tener fortuna en su empeño, cuando lo logra ha de luchar contra políticos corruptos, traidores y banqueros dispuestos a quitarles su dinero.
El tejano Matthew McConaghey resulta excesivo en el papel de Kenny Wells, se pasa en su interpretación con un aspecto poco agradable, casi repulsivo a veces, no sabemos si con ello ha pretendido parecerse al verdadero protagonista de esta historia real para darle mayor veracidad a su personaje.
Junto a él el venezolano Edgar Ramírez, un actor solvente y eficaz, que está más centrado en su trabajo, sin pasarse, mientras que la labor de Bryce Dallas Howard resulta corta, desaparecida durante bastante trayecto de la trama.
Stephen Gaghan, mejor guionista que director, como lo demuestra haber ganado el Oscar por 'Traffic' (2000), se pasó a la dirección con 'Syriana' (2005), sobre el negocio del oro negro, y hace con este su segundo largometraje, con una puesta en escena que apenas logra enganchar, ya que durante el prólogo cuesta entrar en esta historia aventurera, porque no se sabe muy bien lo que nos están contando y qué camino va a tomar.
Después vendrán los tejemanejes de la bolsa en torno a la empresa, que ha encontrado oro, resultando así la parte final más entretenida, no obstante el guion resulta irregular, algo repetitivo, le sobra metraje, ya que esto mismo contado en hora y media hubiera sido más asequible al público, puesto que empieza como un film de aventuras, sigue como una cinta sobre Wall Street y termina como un thriller con el que sorprende en el tercio final al destaparse la estafa que apunta el subtítulo que se le ha dado en nuestro país.
A los espectadores les interesa poco la parte sobre el comportamiento económico de la bolsa, ya que lo que quiere es acción y diversión en lugar de tanto movimiento de acciones y dinero, como le ocurría en buena parte a 'Syriana' (2005), que resultaba incomprensible en muchos aspectos de los que trataba.
Nominada al Globo de oro a mejor canción original. Premio Hollywood al mejor reparto.
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