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CRITICA
Por: PACO CASADO
Stefan Zweig fue uno de los personajes más irrepetibles del siglo XX. Escritor, biógrafo y activista social, este intelectual austriaco, se vio obligado a huir de su país debido al régimen nazi y a la persecución que sufrió como judío, y la prohibición de sus libros en la Alemania hitleriana en 1932.
A mediados de los años 30 durante su huida, se refugió en París primero y más tarde en Londres, pero terminó huyendo de Europa junto con su esposa, Friderike Maria Zweig, a Sudamérica, y durante una década recorrió ese continente instalándose por último en Brasil, donde se suicidó con su segunda esposa, Charlotte Altmann, en Petrópolis el 22 de febrero de 1942 debido a su miedo a que el nazismo se difundiera por todo el mundo.
Stefan Zweig (1881/1942) fue, junto a Thomas Mann el autor alemán más importante de su época, un escritor cuyas obras más recordadas fueron llevadas al cine, como María Antonieta (1938), 'Carta de una desconocida' (1948), 24 horas en la vida de una mujer (1952), o más recientemente 'El Gran Hotel Budapest' (2014) entre otras, realizadas por grandes directores de todos los tiempos.
Olvidado durante décadas, su pensamiento reapareció hace unos años fortalecido por su humanidad y su sorprendente actualidad.
La película, que levanta la voz contra la barbarie, se centra únicamente en esos años y obvia tanto su obra como su pasado, del que sólo conocemos unas pinceladas.
Lo describe como un hombre pacifista pero pesimista, que había viajado por medio mundo y en los años 40 su filosofía y sus ideas de vida soñaban con una Europa unida, sin pasaportes, ni fronteras, cuando aún estaba sumida en una guerra.
Así lo pronosticó y finalmente ha acabado siendo una realidad. Apostaba por la tolerancia, el diálogo, la unidad de lenguas, de razas, de religión y clases sociales.
Trataba de combatir el fascismo desde la intelectualidad, sin criticar a Adolf Hitler, lo que levantó una dura polémica al negarse a denunciar el nazismo, ya que fuera de su país no quería criticar a Alemania y sus gentes por ética.
Lejos de ser una biografía convencional, sólo ofrece cinco momentos de la vida en el exilio, entre 1936 y 1941, lo que le quita unidad y emoción dramática, que se inicia con una recepción de bienvenida en Río de Janeiro donde explica su ideal de una Europa pacífica y sin fronteras, que también recogió en el libro de sus memorias, Un mundo de ayer, mucho antes de que fuera una realidad, un libro de referencia para entender la historia del siglo XX.
El film se convierte en una crónica emocional de los años de Zweig en América, su paso por Brasil, Nueva York y Argentina donde asistió a un congreso de escritores y fue prácticamente la estrella, haciendo una reflexión sobre el papel social de los artistas.
Es interesante para los amantes de la literatura para conocer algo más a este gran autor aunque exige un esfuerzo por parte del espectador para completar las referencias biográficas.
La actriz y directora alemana refleja el desencanto, la tristeza y la desesperanza que se adueña del intelectual en esos años conforme ve cómo la barbarie nazi acaba con sus amigos y el mundo que conocía, lo que le precipitó a su trágica muerte.
En este sentido el plano secuencia final es increíble y denota la inteligencia de la directora, María Schrader, cómo muestra dos situaciones sin cortar la pantalla, lástima que el resto no sea igual de novedoso.
La primera parte es muy densa y algo discursiva, juega con lo diálogos pero resulta algo fría, siendo así más intelectual mientras que la segunda mitad es más humana.
Tiene una estupenda interpretación de los actores, sobre todo de la veterana Barbara Sukowa en el papel de la primera esposa.
Mejor maquillaje en los premios Austriacos. Premio Bavarian Film al mejor director. Mejor actor Josef Hader y fotografía de los críticos alemanes.
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