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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los productores están empeñados en convertir en películas de terror cualquier asunto implantándole unos cuantos sobresaltos y sustos para así hacerlas más comerciales, ya que es uno de los géneros que viene siendo rentable desde hace mucho tiempo ya que a la juventud le gusta pasar miedo en el cine o en alguno casos reírse de ello y así se divierten.
Algo de esto sucede con este film basado en un hecho real ocurrido en junio de 2005 en Rumania, que cuenta la historia de un sacerdote que es encarcelado por la muerte de una monja a la que le realizaba un exorcismo que fallece en el transcurso del mismo.
La periodista Nicole Rawlins convence a su tío, que dirige un periódico local, para investigar si las acusaciones sobre el clérigo fueron falsas o si tuvo algo que ver realmente una presencia demoníaca y qué hubo de verdad en todo aquello que se dijo al respecto.
Está dispuesta a desmontar cualquier truco religioso y a minar la reputación de la iglesia, tras la muerte de su creyente madre debido a un cáncer, convirtiéndose en agnóstica al perder la fe, pero acabará planteándose sus creencias sobre la existencia del demonio.
Es la hermana Adelina Marinescu la que se encontraba poseída, según el padre Dimitrius que le practicó el exorcismo, mientras que el obispo Gornik opinaba que únicamente padecía una enfermedad mental.
Por medio de la investigación llevada cabo por la periodista está la historia del Padre Gabriel cuya muerte le afectó a la hermana Angelina ya que era para ella como un padre y también se llega a saber de sus antecedentes durante su estancia en Alemania donde, al parecer, fue poseída por un demonio llamado Agares.
Cuando Nicole entra en contacto con el padre Anton ocurren cada vez más sucesos inexplicables y ambos comienzan a creer que el sacerdote perdió la batalla contra el demonio.
El padre Antón le avisa a la investigadora que puede estar en peligro de ser atacada por el mismo demonio.
Una de las partes más interesantes de esta historia es la relación que se establece en el tramo final entre el Padre Anton y Nicole que es donde se descubren más hechos de los ocurridos en el pasado y que han influido en los sucesos del presente, entre otras cuestiones el agnosticismo de Nicole y la relación con su madre.
El guion expone con claridad toda la investigación que lleva a cabo Nicole y a lo largo de la misma se le incluyen algunos efectos que causan miedo o inquietud, como las pesadillas, los sobresaltos de una puerta que se cierra de golpe, unas velas que se apagan por una ráfaga de aire o un perro que se abalanza de repente contra la ventanilla del coche asustando a la protagonista y a los espectadores.
Estos postizos de alguna forma empañan la narración de los hechos que de no haberlos introducido sería una cinta ejemplo de buen hacer fílmico sobre el interesante tema de los exorcismos de los que conocemos las diferentes etapas a considerar en los mismos que se nos da en una auténtica lección.
Bien rodada por parte del francés Xavier Gens, del que acabamos de ver 'La piel fría' (2017), con unos actores que aunque no son conocidos se comportan estupendos, al tiempo que nos ofrecen algunos bellos lugares de Rumania donde tiene lugar la acción.
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