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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de la Segunda Guerra Mundial sigue siendo constantemente tratado por el cine a través de las diversas cinematografías, la mayoría de las veces por la naciones que estuvieron implicadas en el conflicto bélico.
Uno de los artífices de la victoria de los vencedores fue Winston Churchill, personaje del que recientemente hemos visto dos películas sobre su figura, una de ellas en la que intervenía indirectamente, 'Dunkerque' (2017), de Chistopher Nolan, al ser uno de los episodios claves que él decidió, y otra más directamente sobre su propia figura, 'Churchill' (2017), de Jonathan Teplitzky, con un Brian Cox espléndido, sobre el que se vuelve a insistir nuevamente en 'El instante más oscuro' (2017), de Joe Wright, con un Gary Oldman no menos acertado, en la que vuelve a ser protagonista de esta historia.
El film narra concretamente el último mes de su estancia en el poder que fue decisivo, durante los primeros días de la Segunda Guerra Mundial en la que el destino de Europa dependía del recién nombrado Primer Ministro por el Parlamento británico, con 65 años, el 10 de mayo de 1940, que a los pocos días debía enfrentarse a uno de sus asuntos más turbulentos y definitorios: decidir si negociar un tratado de paz con Adolf Hitler o si mantenerse firme y luchar por los ideales y la libertad de su nación, contra posibilidades increíbles, para terminar derrotándolo y evitando la propagación del dominio nazi.
Tenía además a 300.000 soldados ingleses atrapados en Dunkerque que temía por sus vidas a los que debía liberar, para lo que se le ocurrió una genial estrategia.
Churchill se encuentra con un rey Jorge VI escéptico, que duda de él, y en contra a su propio partido, pero debe decidir, en su hora más oscura, cambiar el curso de la historia mundial, contando tan sólo con el apoyo de su esposa Clemmie, que lleva treinta y un años a su lado y la ayuda de su infatigable secretaria Elizabeth Layton.
El director británico Joe Wright, todo un experto en títulos de época como 'Orgullo y prejuicio' (2005), 'Expiación. Más allá de la pasión' (2002) y 'Anna Karenina' (2012), transporta al espectador esta vez a la Segunda Guerra Mundial y explora de cerca el dilema moral que marcó el rumbo político de Winston Leonard Spencer Churchill ante un posible pacto con la Alemania de Hitler o la liberación de una Europa afectada por el nazismo, durante el primer mes de su mandato.
El guion de Anthony McCarten se basa principalmente en los tres discursos que pronunció Churchill entre los meses de mayo y junio de 1940 que con su prosa directa supo llegar al corazón de su pueblo.
Con referencia a la anterior cinta 'Churchill' (2017) mientras en aquella se aireaba bastante dándole más escenas con las visitas del Primer Ministro al Rey y el apoyo de su mujer, en ésta se centra fundamentalmente en lo político, en las estrategias a seguir quedando Clemmie en un segundo plano, y se cambia poco de escenarios lo que hace que se haga más monótona y aquí, como en el anterior título citado, se deja igualmente fuera el campo de batalla.
Gary Oldman está bien, encarnando magistralmente a Winston Churchill, siempre con un habano y bebiendo whisky desde que se levanta, un hombre que tuvo que derrotar primeramente a los miembros pacifistas de su propio partido conservador y después enfrentarse a Hitler.
La película es correcta, está muy centrada en la persona de Churchill, y hecha a la medida de Gary Oldman, que es lo mejor de un film que contiene una gran cantidad de diálogos, y está bien rodado, con una buena ambientación como es costumbre en el cine inglés, con una interesante banda sonora de su habitual Dario Marianelli.
Globo de oro a Gary Oldman. Nominado a 9 Bafta. Premio AACTA a Gary Oldman. Premio Capri a mejor montaje y BSO. Premio Truly a mejor director. Premio Hollywood a la dirección y el vestuario. Premio a Gary Oldman en Palm Springs y en Santa Bárbara.
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