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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras ser presentada fuera de concurso en la Mostra de cine de Venecia, llega puntualmente a las carteleras españolas 'Dune' (2021), la versión de Denis Villeneuve.
Lo primero que hay que decir de esta película es que se trata de la segunda vez que llega al cine la primera novela de las cuatro que escribió en 1965 Frank Herbert.
Ya en su día la versión que hizo de ella en 1984 David Lynch originó cierta polémica, por su fracaso comercial, que no de crítica, y por la dificultad que tenía de adaptación el texto literario original, según los que han leído la novela, aunque no es este nuestro caso.
Ahora de nuevo se elige a un director de cierto prestigio como Denis Villeneuve, que ya demostró su valía en títulos como Incendies (2010) y Prisioneros (2013), a nuestro entender sus mejores films, así como La llegada (2017) y Blade Runner 2049 en las que se ensayó con la ciencia ficción, para dirigir esta nueva versión quien se encarga además de confeccionar el guion en compañía de Jon Spaihts y Eric Roth.
Esta historia futurista se sitúa en el año 10.991 cuando el Emperador Pasishah encarga a la familia Atreides, encabezada por el Duque Leto, Lady Jessica, y su hijo Paul, de controlar y administrar el planeta Arrakis, conocido por su pueblo Los Fremen como Dune, gobernado hasta ahora por el tiránico Barón Vladimiro Harkonnen, arrebatándole esa misión, con lo cual la lucha está asegurada al verse envueltos en una trama de engaños y traiciones incluso de los más allegados.
Para ello deben viajar al peligroso planeta, lo que puede ser una trampa ante los celos del Emperadorpor la creciente popularidad de la casa de los Atreide.
En dicho planeta se produce una sustancia llamada Especia, que es escasa y muy deseada por todo el universo conocido ya que puede prolongar la vida y amplificar la conciencia de los seres humanos, pero ésta está defendida por unos enormes gusanos que la guardan celosamente.
Paul Atreides ha sido aleccionado tanto en las habilidades para la lucha como en su formación intelectual y ahora ya de mayor tiene de vez en cuando unas visiones, poderes heredados de su madre que aún no domina, que le atormentan en las que aparece la muerte de su padre o una misteriosa mujer.
Es difícil para el espectador introducirse en este mundo, ya que la historia es compleja, aunque en definitiva es la lucha entre el bien y el mal, y se tarda en conocer a todos los personajes, tanto de un bando como de otro, por lo que en principio es el mayor problema que ofrece este guion cuya historia no es nada fácil y sobre todo ambientada en un mundo con el que hay que identificarse y en cuya trama se mezcla la política, la acción, la filosofía de ciertos conceptos profundos y los poderes ocultos como es el caso de Jessica, una Bene Gesserit, que puede leer la mente y cómo debe ser la actuación del ser humano.
En los últimos metros de esta primera parte, aunque no se anuncia como tal, pero el final queda en el aire para continuar en la segunda, que ya está en pre-producción, surge el pueblo de los Fremen, sojuzgados hasta ahora por los Harkonnen, en el que aparece brevemente Javier Bardem en el personaje de Stilgar, que suponemos tendrán un mayor protagonismo en la continuación de la historia, que hacen un pacto con los Atreides.
Junto a esas dificultades antes apuntadas hemos de destacar una fotografía en tonos marrones que tiene poca nitidez y por otra parte la estruendosa música de Hans Zimmer nos parece excesiva y a veces tapa algunos diálogos.
Bien el trabajo de los actores en general salvo Timothée Chalamet que lo encontramos como ausente y no da la figura del héroe que está llamado a ser.
Hay que destacar los espectaculares decorados y efectos especiales así como la ambientación, que nos parece de lo mejor de la puesta en imágenes del director canadiense Denis Villenueuve en este caso.
Nos cuesta calificar esta cinta, ya que tan solo es la mitad, pero de momento no nos acaba de convencer, tal vez cuando esté completa puede que mejore.
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