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CRITICA
Por: PACO CASADO
El gobierno francés, le pide al célebre y brillante ingeniero Gustave Eiffel que tras ayudar a fijar la Estatua de la Libertad, especializado en la construcción de puentes, cree una obra espectacular con motivo de la Exposición Universal de París de 1889 y él se empeña en realizar el Metro.
Poco después cambia de idea y se decide por hacer una torre que supere a todas las del mundo, de 300 metros de altura, edificada con más de diez mil tonelada hierro.
La idea del gobierno era derribarla veinte años después, pero finalmente se cambió de idea y ahí está como símbolo de París y uno de los monumentos más conocidos mundialmente.
Entre tanto Eiffel se cruza en una ocasión con Adrienne Bourgès, una mujer que conoció en su día, durante su estancia en Burdeos, con la que tuvo una relación, de la que sigue enamorada, y sus sentimientos por ella se renuevan, pero está casada con un viejo amigo suyo, Antoine de Restac.
No obstante tratan de verse a escondidas.
Eiffel en esos momentos tiene una hija, Claire, que trabaja con él, que un día le confiesa que quiere casarse con uno de sus empleados.
Varios directores estuvieron interesados en realizar este proyecto, entre otros Luc Besson o Ridley Scott, pero finalmente fue Martin Bourboulon quien con la simple experiencia de haber realizado dos comedia, logró sacarlo adelante.
La idea del argumento de esta película, de la construcción de la Torre Eiffel surgió al final de los años noventa del pasado siglo, pero en la versión definitiva que se ha llevado a cabo se mezclan dos temas, la construcción de la torre y los amores entre Eiffel y Adrienne, con lo que el interés se diluye entre ambas cuestiones convirtiéndose en un romance entre viejos conocidos.
Es por ello que el guion de Caroline Bongrand, no se adapta fielmente a lo que fue la realidad, sino que sobre ella se crea un film de ficción sobre todo en lo referente al romance amoroso.
Se tocan temas como el podr, la riqueza, las clases sociales, la cuestión amorosa y sobre todo la fuerza de voluntad de un hombre por llevar a cabo un proyecto que se convirtió en la ilusión de su vida.
En cuanto a la interpretación Romain Duris hace un discreto papel enmascarado en la figura de Eiffel, pero la que destaca sobremanera es Emma Mackey en el personaje de Adrienne.
Martin Bourboulon se inició en el cine con la realización de un corto y debutó en el largometraje con Papá o mamá (2015) que dado su éxito comercial tuvo una secuela 'Papa ou maman 2' (2016), siendo 'Eiffel' el tercero de los títulos que figuran en su aún corta filmografía que saca adelante con más oficio que beneficio.
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