Título: | EL MUERTO Y SER FELIZ | |
Tit. Orig.: |
EL MUERTO Y SER FELIZ | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, ARGENTINA, FRANCIA, 2012 | |
Dirección: | JAVIER REBOLLO | |
Guión: |
JAVIER REBOLLO, LOLA MAYO, SALVADOR ROSELLI |
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Fotografía: |
SANTIAGO RACAJ |
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Música |
Varias canciones |
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Interpretes: |
JOSÉ SACRISTÁN, ROXANA BLANCO, VALERIA ALONSO, VICKY PEÑA, FERMI REIXACH, LISA CALIGARIS, CARLOS LECUONA, JORGE JELLINECK |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 92 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El director madrileño Javier Rebollo tras dirigir cinco cortos debutó en el largometraje con 'Lo que sé de Lola' (2006), una especie de homenaje a Lola Dueñas su actriz preferida, a la que siguió 'La mujer sin piano' (2009) que apenas tuvieron distribución regular en España y ahora nos llega con su tercera película 'El muerto y ser feliz' (2012) de título tan absurdo como lo es su contenido, que esta vez se desarrolla en Argentina, país que interviene en la coproducción con Francia y España.
Hasta ahora todos sus films parece que están hechos para participar en los festivales en donde a la crítica les suelen caer bien y otro tanto a los jurados de los mismos ya que rara vez se escapa sin obtener algún premio, como ocurrió con esta última con la Concha de plata otorgada en el Festival de cine de San Sebastián a José Sacristán por el papel que desempeña en esta ocasión, donde igualmente el film tuvo el premio Fipresci. También había participado en el Festival de Mar del Plata y en el de Toulouse donde ganó el premio a la mejor actriz Roxana Blanco y la Violeta de oro Javier Rebollo.
Lo dicho, simpatía de los festivales y críticos para con los productos realizados por este director. Personalmente sentimos no coincidir con esos mismos criterios.
Si en su día con 'Lo que sé de Lola' buscaba un estilo propio, que a nuestro entender no encontró, posteriormente a la frase que dice: "El cine es un arte, pero también una sala de butacas que hay que llenar" Rebollo respondía: "Busco un diálogo con el público, no llenar salas". Creemos que con el cine que hace poco podrá dialogar con el espectador ya que éste no acude a las salas a ver su cine de minorías, y encima el director se queja de que no se programan sus obras, cuando está despreciando al público.
Con esta cinta Rebollo sigue en su absurdo cine minimalista.
Santos es un asesino a sueldo, un español que vive en Argentina. Tras comprar una buena dosis de morfina a una enfermera, emprende un viaje a ninguna parte por las carreteras del país, en su viejo Ford al que llama Camborio, en donde recoge a Érika, que será su fiel compañera durante todo el trayecto ayudándole a inyectarse dicha droga. Parece que está en fase terminal o que huye de alguien que le encargó un trabajo que no cumplió y que ya cobró.
La película comienza por tener una constante voz en off, que ya utilizó en otro de sus films, que parece ir leyendo el guion en el que se nos dice lo que que vamos a ver, lo que va a decir el protagonista a continuación o aspectos que no es capaz de expresar con la imagen, como el pensamiento de los actores, algo que resulta de lo más molesto por redundante y literario.
De vez en cuando la voz en off femenina (la de Lola Mayo esposa del director) se torna en masculina (la de Javier Rebollo), sin más razón, ni criterio. Es como si leyeran una novela ilustrada con imágenes.
Es una especie de road movie con una narración minimalista, de ritmo penoso, sin la más mínima emoción, ni sentido, que no conduce a ninguna parte, ni tiene ningún fin.
En algún momento se nos dice que está próxima su muerte debido a tres tumores o que huye del hombre de los ojos pequeños y gafas de aumento, pero eso nos conduce al irritante y desconcertante final.
No queremos desmerecer el trabajo de José Sacristán, estupendo actor que ha hecho papeles mucho mejor que éste, por el que también está nominado al Goya por primera vez, un premio que aquí no creemos que esté justificado como no sea como un homenaje a toda su carrera.